DIPUTACIÓN CUENCA TU COMIDA EN CASA
Más entrevistas: Patri Romero Romero Chelo José Eugenio Caracena Sergio Alique Marco Antonio de la Ossa Sergio López Francisco Escribano Campos Violeta Pesea Lidio Jiménez Teresa Pacheco Iniesta

Mayte Gutiérrez: "Nadie se tiene que meter en la vida de nadie"

"El yoga es algo cada vez más popular que lo que busca es la paz interior, encontrarse bien con uno"
Mayte Gutiérrez: "Nadie se tiene que meter en la vida de nadie"
12/07/2014 - Gorka Díez

Esta conquense imparte clases de yoga en la escuela Namaste desde finales de los ochenta

En 1984 Mayte Gutiérrez se inició, por casualidad, en el yoga, adentrándose de forma autodidacta, echando mano de “libros, artículos y todo lo que me pudiese ayudar a conocer este maravilloso hallazgo”. Cuatro años bastaron para que lo supiera todo, o casi, sobre esta disciplina física y mental originaria de la India y se decidiera a montar su propia escuela, Namaste, en la actualidad ubicada en el Pasaje del Cantueso de la capital y con una demanda creciente de alumnos, sobre todo mujeres.


“El yoga es algo cada vez más popular que lo que busca es la paz interior, encontrarse bien con uno; porque cuando uno está bien consigo mismo, está bien con todo. Es el camino hacia la felicidad, hacia la paz mundial”, cuenta.


Sobre todo en estos tiempos de crisis, “unos años que nos tienen de cabeza” en los que se han disparado los casos de estrés y de ansiedad, el objetivo es “no añadir más sufrimiento al sufrimiento, y aprovechar incluso las adversidades reconvirtiéndolas en algo positivo. Parece que no dejamos de darle vueltas al pasado, lo cual nos deprime, y que tenemos mucha ansiedad por el futuro, que es incierto, pero la crisis también nos está haciendo darnos cuenta de que tenemos que hacer algo, y que ese algo no está fuera, sino dentro de nosotros. El yoga ahí es algo que puede ayudar mucho porque busca equilibrar y sanar nuestros tres cuerpos: el físico, el mental y el emocional”.


No se trata, asegura, de buscar la perfección, sino de “aceptar las limitaciones, ser humilde y trabajar con lo que se tiene, y descubrir que se puede llegar más lejos, que el cuerpo puede recuperar elasticidad y hacerse más flexible, y que se puede aprender a saber pensar de forma positiva y, también, a no pensar, porque tampoco se puede estar todo el día con la mente dale que te pego: sería un derroche de energía, un océano de pensamientos inútiles que muchas veces no llevan a nada y la mayoría de los cuales son negativos. Saber parar es un descanso muy grande”.


Reconoce que todavía hay “mucho desconocimiento” sobre esta práctica meditativa, que muchos se quedan “en lo superficial, que es la postura, pero hay que ir más allá y experimentar lo que no se ve, que es lo que se mueve en el interior de la persona.”

Los resultados del yoga se pueden sentir, asegura, a los pocos días. “La gente se siente bien desde las primeras clases. Te dicen: “¡Qué diferencia!, ¡qué bien!, ¡qué gusto! Ya no me he duele la espalda y he dormido bien. Y esa mejoría apreciable desde el comienzo es un acicate para continuar”.


Mayte recomienda el yoga a todo tipo de personas. “No tiene que ver ni con edades ni con credos, sino que está dirigido a toda clase de gente, tanto a niños como a mayores”. Ni siquiera cree que haya que reunir una serie de condiciones físicas. “Aquí no se lucha contra el cuerpo, no queremos sacar ningún cinturón, ni competir: cualquiera puede practicarlo”. 

Los cursos de la Escuela Namaste arrancan en septiembre, todos desde cero, y a través de ellos se va progresando. “Cuando se termina estamos en condiciones de continuar por nuestra cuenta”.


Esta amante de la naturaleza lamenta, eso sí, que en Cuenca haya a quienes les de vergüenza asistir a clases de yoga. “A mí me da vergüenza porque me pongo delante de la gente, pero es una tontería que los alumnos la sientan. Lo que pasa es que Cuenca es un poco ‘encuencada’, cerradita. Se va abriendo pero cuesta. Quizá en parte se deba a que es una ciudad pequeña, en la que todos nos conocemos. Pero yo creo que cada uno tiene que hacer lo que le de la gana y que nadie se tiene que meter en la vida de nadie”.