Juanje Amo: "Vivir del arte es una cosa muy complicada"
Juan Jesús Amo Martínez, madrileño de nacimiento y conquense de adopción y corazón, continúa buscando un hueco en el panorama musical de la provincia con una propuesta diferente y atractiva
Hacer las cosas que a uno le gustan, anteponiendo todo a lo que demanda la sociedad y el mercado. Todo para buscar la libertad, algo imprescindible en el arte. Son las máximas de Juan Jesús Amo Martínez, madrileño de nacimiento hace 44 años, pero conquense de adopción, pues tras pasar una etapa de su infancia en la capital con su familia, regresaba hace más de dos décadas para instalarse definitivamente. Reconoce que Cuenca es una ciudad que le apasiona, que le inspira y que le atrapa con sus olores y su magia.
Quizá esta sea la que le guíe en sus aventuras, pues son varias ya las vividas y algunas muy próximas a las que está punto de embarcarse. De momento, este licenciado en Bellas Artes, que reconoce que nunca tuvo vocación para opositar, compagina su trabajo como cuidador de discapacitados en el Colegio de Educación Especial “Infantas de España”, con su verdadera pasión: la música. Todo, a fuerza de mucho trabajo, pues como asegura, “siempre he tenido una vena artística, de pequeño hacia caricaturas y me gustaba mucho la música, pero no tenía facultades, incluso cuando me presentaba voluntario para formar el coro en los Salesianos (colegio donde estudió en su infancia en Cuenca) no me aceptaban”. Ahora, luchando contra los elementos y con dos trabajos publicados a las espaldas como cantautor, se lanza a nuevos retos: las danzas del mundo y el folk irlandés.
¿Qué es para usted la música? ¿Cómo la definiría?
La música es un arte y un lenguaje y en la medida que tú dominas ese lenguaje puedes expresarte. Reconozco que a mí, personalmente, siempre me ha costado. Cuando tenía 17 años mi primo me enseñó a tocar la guitarra, he ido tocando, con mis acordes, con una lucha técnica, poco a poco, haciendo mis canciones y pasando por diferentes etapas.
Etapas en las que has grabado dos trabajos... Háblanos de ellos.
Son dos cd,s diferentes, el primero son canciones populares con mi particular toque de humor. Son ocho canciones y todas tienen su gracia, por la combinación que tienen. Por ejemplo, en “Si te ha pillado la vaca”, se combina una canción muy popular de Cuenca con el bolero y el romanticismo que este lleva. Y luego está otro que llamé “Canciones para Niños”, realizado con otras más caseras hechas con mi ordenador. Esos temas los dejaba a la gente que conocía y tanto a ellos como a sus hijos les gustaban, por eso decidí recopilarlas y darle un contenido más profesional.
Grabó en un estudio aquí en Cuenca, pero llama la atención que no lo hiciste bajo tu nombre, sino bajo el de “La Tienda sin Tejado”, ¿por qué?
“La Tienda sin Tejado” es un pseudónimo, una asociación como marco, como plataforma para que quepan dentro varios proyectos. No sé por qué razón no me sentía cómodo con mi nombre, Juan Jesús, Juanje... quizá porque sea tímido y decidí hacerlo así. Mira a Panu Donés, él es Jarabe de Palo. No sé el motivo, pero preferí poner ese nombre. Lo que sí tenía claro es que quería que el trabajo quedara bien, por eso grabamos en el estudio de Iñaki Martinez de Cuenca, Organic Audio. Fue un trabajo bien hecho, con buenos músicos como Julián Robledo, de África Band, que ha cogido las canciones y ha hecho los arreglos, Pepe Serna, con las guitarras y coros o Guillermo Hernansaiz a la batería. Es un trabajo de mucha gente, del que también he aprendido mucho.
¿A qué se refiere exactamente?
Sobre todo a conocer las dificultades que supone trabajar en equipo en la música. Tenía canciones de cantautor hechas muy básicas con la guitarra. Quería contactar con músicos profesionales, de formación clásica y hacer una grabación más bonita. Logramos hacer estas canciones bonitas, pero al meternos a grabar surgieron problemas de grupo. La música es una cosa de grupo. Si eres un monstruo cantando y tocando la guitarra y con eso te bastas, vale, pero este no es mi caso. Entonces tienes que contratar gente que va a tocar la guitarra, un instrumento y ahí interviene como coordinar un equipo. Para mí fue muy complicado, porque yo no tenía experiencia en hacerlo. Desgraciadamente, habíamos creado un grupo, ‘Los Buenísimos’, pero se deshizo. Surgen problemas y luego está el tema económico, que lo complica todo mucho más, puesto que tienes que superar muchos obstáculos y poner de tu bolsillo dinero.
Y ese sacrificio, ¿merece la pena?
Por supuesto, sobre todo cuando hay padres que me dicen que a sus hijos les gustan las canciones que he hecho. Para mí esa es la mayor satisfacción, enterarme de que hay niños que piden que les pongan mis cancioncillas. Ahí es cuando conectas y te sientes como un cantautor, que, a mi modo de ver, tiene mucho de poeta, de individuo que está solo y escribe. Aparece como un trovador, al estilo de los de la Edad Media que iban por los pueblos cantando, pero ahora trayendo la nueva trova. En mi opinión, el cantautor tiene que estar unido a épocas de conflicto político y poner voz a lo que la sociedad quiere escuchar y, como no, también tiene esa faceta de canciones de amor.
¿Usted persigue también seguir ese modelo del que habla? ¿Qué queda de aquella etapa de Juansu Cantarín?
Claro que sí. Mi camino como cantautor sigue. La época de Juansu Cantarín ya pasó, pero es algo de lo que guardo muy buenos recuerdos. Aquello fue un pseudónimo que me puse cuando trabajaba con sketches, vídeos caseros. Me gustaba poner música y voz para denunciar a través de canciones, en sketches de humor, situaciones que afectaban a la sociedad. Después llegó otra, con la creación de “Los Buenísimos”, que luego no pudo seguir y ahora estoy pensando en el próximo trabajo. Mi objetivo es componer, pero lleva un proceso, tienes que saber lo que quieres hacer, pero hay que ir despacio y no precipitarse, en eso estoy.
Dice que quiere saber exactamente lo que quiere hacer, pero el mercado manda y, como usted mismo reconoce, cuesta Dios y ayuda, hacer lo que uno quiere con sus propios recursos, ¿su filosofía seguirá siendo inquebrantable?
En este mundo en el que vivimos, tú puedes plantearte dos caminos. Uno es ver qué es lo que la gente demanda y la sociedad pide y tú dárselo. El otro, y soy consciente de que es más difícil, es hacer lo que a ti te gusta y, una vez lo hayas hecho, que la gente lo examine y decida si lo coge o no. Mi corriente ha sido ser fiel a mí mismo y tratar de ganar algo de dinero.
Y, sinceramente, con la crisis que sigue acuciando a nuestra sociedad y más concretamente a Cuenca, ¿Eso es posible?
Es muy complicado. Cuando yo me independicé y me vine a Cuenca, vivía en una casa familiar y casi sin trabajar me dedicaba a mi guitarra y cosas artísticas. Pero luego conocí a mi mujer, formamos una familia y tuve que empezar a trabajar. La realidad es que vivir del arte es una cosa muy complicada y, como es mi caso, cuando tienes tres hijos y una familia, lo primero es lo primero. Con la música ahora pasa lo mismo, si tienes un pequeño margen económico pruebas lo que te gusta hacer a ti y apuestas por lo que quieres, por lo que te gusta. Al fin y al cabo es lo que te da la libertad y, en el arte, en la música, la libertad es importante e imprescindible.
PRÓXIMOS PROYECTOS
Juanje Amo no descansa. Sin descartar su faceta de cantautor y compositor de esas letras tan características y peculiares, este artista se muestra ilusionado con dos nuevos proyectos, con los que confiesa, “está disfrutando mucho y le están llenando personalmente”.
El primero de ellos tiene que ver con las danzas del mundo. “Tiene dos partes”, dice Amo, “en la primera se trata de aprender a bailar y, en la segunda, de hacer música del mundo”, prosigue. “Estoy colaborando con una monitora de baile, con un acordeonista y una violinista y estamos entre todos intentando que cuaje la tortilla. Creo que todo va a salir bien y puede salir una cosa muy interesante”, añade.
Interesante, sobre todo por las aplicaciones que puede tener, “las danzas del mundo tienen una aplicación pedagógica que puede servir para trabajar con la gente, para trabajar también con discapacitados, pero aquí en Cuenca, desgraciadamente, no se hace. Aquí hay bailes de salón, sevillanas, zumba, pero no hay danzas del mundo y es algo muy bonito”, explica Juanje, quien asegura que todo surgió de forma espontánea. “Me dieron el contacto de una mujer que conocía las danzas del mundo, que había bailado y que ahora llevaba tiempo sin hacerlo. Probamos y está quedando de forma muy bonita”.
MÚSICA FOLK
Y además de las danzas del mundo, el otro proyecto gira en torno a una nueva banda de música que apuesta por el folk irlandés. Se llama “Maywater” y se presentó en Cuenca este viernes 17 con un concierto en directo en el Pub Los Clásicos. Según reconoce Juan Jesús, es otro proyecto diferente que, además, le está ayudando a realizar una retrospectiva y conocer mejor cuáles han sido sus aciertos y errores en este mundo de la música. “Con ‘Maywater’ no está puesta mi faceta de cantautor porque hemos partido de versiones de folk irlandés, americano y la cosa es diferente. Ahora estoy disfrutando mucho y también todo surgió sin pensarlo. José, el guitarrista, lleva a los niños al mismo colegio que yo y hablando con él quedamos un día a tocar la guitarra. Me di cuenta que él tenía mucha capacidad con el folk y vi que podía cuajar y contactamos con Kate, una cantante americana que lo hace muy bien. Va a salir”, sentencia.