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"El Ministerio del Tiempo no es una serie sencilla, es para un público curioso"

El guionista de origen conquense avanza algunos de los viajes que hará la peculiar patrulla en la cuarta temporada
"El Ministerio del Tiempo no es una serie sencilla, es para un público curioso"
29/03/2020 - Dolo Cambronero

Numerosas series televisivas de las últimas décadas llevan su firma. Aunque hay una que ha logrado erigir un auténtico ejército de seguidores fieles y devotos, los llamados ‘ministéricos’, que aguardan impacientes a que se estrene en breve en TVE la cuarta temporada de El Ministerio del Tiempo. Javier Olivares Zurilla (Madrid, 1958) y su hermano Pablo (fallecido en 2014, a los 49 años, de esclerosis lateral amiotrófica, ELA), de orígenes conquenses, fueron los creadores de esta ficción que pasea por la historia de España recreando viajes en el tiempo.

Al otro lado del teléfono, el guionista -que está vinculado ahora a The Mediapro Estudio, productora de estos nuevos capítulos- manda un saludo a Cuenca, donde cuenta que pasó parte de su infancia. “Hace mucho que no voy y debería ir más", reconoce en unos tiempos de pandemia en los que a todos nos entra la nostalgia.

¿Qué nos habéis preparado en esta nueva temporada?

Es una temporada que quiere ser digna de las anteriores. Queremos darle el tono de la primera porque ha pasado tanto tiempo que para nosotros es como si fuera una primera temporada otra vez.

La patrulla de El Ministerio del Tiempo va a viajar a la Inglaterra del siglo XVI, a la España de la posguerra… ¿Qué otros momentos históricos se visitarán?

Los últimos años de Fernando VII y también vamos a conocer la vida del científico Emilio Herrera, uno de los grandes investigadores de la aviación moderna y que diseñó la primera escafandra espacial. Vamos a ver a Felipe II en el momento en el que estaba en Gran Bretaña siendo el rey consorte de María Tudor; la 'movida' de Pedro Almodóvar; la época de Felipe IV… Un montón de historias. Y también vamos a volver al Museo del Prado, en el momento en el que estaba siendo bombardeado durante la guerra, al momento en el que Picasso pintaba el Guernica

La patrulla estará al completo. Vuelven todos los personajes y también hay nuevas incorporaciones.

Sí, van a estar todos pero no todo el rato. No es posible con la duración de los capítulos. Y luego también hay actrices como Aura Garrido que, cuando empezamos a producir la serie, tenía otro compromiso. Están todos, cosa que les agradezco muchísimo, en la medida que han podido estar. Y sí hay gente nueva pero eso son sorpresitas...

"El Ministerio del Tiempo no es una serie sencilla, es para un público curioso"

¿Cómo se les ocurrió esta serie a su hermano y a usted?

Se nos ocurrió hace muchos años, hace casi veinte, pero luego no seguimos con ella hasta que, cuando estábamos haciendo la primera temporada de Isabel y mi hermano ya tenía el diagnóstico de ELA, él insistió en hacer un esfuerzo para crear el primer capítulo y preparar un dossier para ver si antes de irse podía dejar una serie encaminada.

En esa época yo ya había dejado casi de ser guionista porque lo que tenía que escribir no me gustaba. Mi hermano estaba en programas, de calidad, como El Informal, Caiga quien Caiga... Pero habíamos dejado de trabajar juntos en cierto modo. Y nos reunimos para pensar en una serie para volver a escribir juntos. Hacer una serie no por el hecho de venderla sino hacer la serie que quisiéramos aunque no nos la compraran nunca. Para recuperar nuestra alma creativa en un momento en el tenías que ceñirte a órdenes comerciales que particularmente a mí no me satisfacían. Y se nos ocurrió tocar un tema que a nosotros siempre nos había apasionado, que era la ciencia ficción. Y también para hablar de España. Hacer un proyecto de género fantástico hilado con la historia de España para hablar de nosotros, que ya había muchas series que hablaban de fuera y yo creo que hacía falta contar por qué somos así, de dónde venimos. Esa fue la idea.

Imagino que entonces no se os pasó por la cabeza el éxito que podía alcanzar.

Mi hermano Pablo, que en paz descanse, ya se sorprendió de que TVE comprara el proyecto porque era una locura. En lo que a mí concierne, que lo puedo contar, siempre es una sorpresa llegar tan lejos. El Ministerio del Tiempo se ha convertido en un icono de la ficción, en una serie seguida en todo el mundo. Y, además, es una serie que no ha querido ser fácil ni dirigirse a un público concreto, juvenil, ni ha buscado unas metas industriales. Nosotros siempre queremos que nos vea el mayor número de público posible pero no es una serie sencilla. Está hecha para un público curioso; apelamos a un público inteligente, que vea el detalle. Queremos que el que quiera quedarse con la aventura se quede pero el que quiera indagar más note todo lo que hemos documentado, todos los detalles. Probablemente es la serie más compleja que he hecho y que haga nunca.

Es licenciado en Historia. Imagino que eso le ayuda a la hora de escribir los guiones. ¿Cómo es ese proceso de creación?

Sí, pero, por un lado está la Historia y, por otro, también nos llevan los personajes. De hecho, el arranque es la vuelta de Julián y ahí tenemos nuestra propia historia con minúscula. Pero luego uno va viendo momentos que pueden ser proclives a generar una historia con ese tema. Hay mucha gente que dice que esta historia puede ser eterna. Pero no es tan fácil buscar el momento histórico en el que sea lógico que aparezca la patrulla por ahí… [Risas] Intentamos armonizar las dos cosas.

¿Cuáles son sus capítulos favoritos?

Siempre elijo los dos primeros porque fueron obra de mi hermano y dejó ahí todo lo que tenía dentro. Y luego hay otros tres que para mí son esenciales: el de Lorca, que es el último de la primera temporada, que fue un homenaje a mi hermano; otro que hicimos sobre El Cid; y también estoy particularmente orgulloso del capítulo de Felipe II porque lo escribí hace casi cuatro años, cuando empezaba a estar en boga ese runrún de la España gloriosa del pasado y que había que volver a eso. Para mí, supuso contar al público que el pasado y sus glorias están muy bien en el pasado. Si de repente las tuviéramos ahora, pues a lo mejor no tendríamos constitución, libertad, igualdad de género… No habría un montón de cosas. Hay que valorar la historia pero cuidado con quedarnos en el pasado. Lo más bonito es el presente, irlo construyendo y no por no dominar al mundo vamos a dejar de ser una gran nación. Era un capítulo dedicado a esos nostálgicos. Estoy muy contento con él. Era un capítulo muy atrevido en escritura y lo que contábamos era muy arriesgado pero salió bien.

La parte cómica es una de las señas distintivas del Ministerio. Le he oído a usted decir en alguna ocasión que la patrulla se parece a Mortadelo y Filemón… ¿El humor es la clave del éxito?

El Ministerio se puede hilar con muchas novelas de fantasía y también con Ibáñez -con Mortadelo y Filemón- o con Berlanga. Creo que nuestro humor es por contraposición. Cuando un señor del siglo XVI, otro de los ochenta del siglo XX y la primera universitaria de finales del XIX viajan a un siglo que no es de ninguno de los tres, surge el humor por el contraste cultural de costumbres y de situaciones. La sorpresa de poder conocer, por ejemplo, a Lope de Vega, que es el autor que has estudiado; la posibilidad de encontrarte a tu padre antes de que te tuviera; o de descubrir que tenías un hijo y que habías desaparecido sin saberlo. Todo eso genera drama pero también tiene su otra cara, que es la ironía, el humor y la crítica. ¿Por qué tiene éxito la serie? No lo sé. Si lo supiera… [Risas] La fórmula mágica no la tiene nadie. Pero sí creo que tiene mucha verdad. Habla de los personajes, del ser humano. Nosotros hablamos de la gripe española en su día y de un virus que nos iba a amargar en el futuro. Ahora que estamos en esta pandemia, la gente nos dice visionarios. Pero no, es que todo es cíclico, todo pasa. Mirar atrás te descubre que el presente se parece mucho.

También recuerdo otra anécdota. Dediqué un capítulo a Adolfo Suárez, a su concepto de diálogo y de unión en una época dura. Dos días antes de emitirse había ocurrido el referéndum en Cataluña. Y la gente decía que lo había escrito aposta por lo que había pasado. Y no; el diálogo es siempre necesario en cualquier época. El ser humano sigue una serie de pautas e indagando en la historia las descubres y cuando las muestras, te dicen que lo has hecho aposta. Y no y tampoco eres un visionario. Tenemos muchos problemas que resolver y muchas cosas en las que mirarnos en el espejo. Y hay un tipo de series que entretienen, que es lo esencial, el principal objetivo, pero no hay que conformarse solo con eso. Manejar la historia y hacer una serie para ver cómo somos, qué emociones tenemos… eso es lo que creo que ha permitido calar mucho en un público muy especial y muy fan.

Y que está deseando que se estrene la nueva temporada… ¿Hay fecha prevista?

Se está intentando que sea cuanto antes. Ahora mismo es complicado. Acabamos de rodar el 21 de febrero, la semana que parece que ya estaba el virus por aquí. Pero en la serie hay mucho trabajo de sonido, de efectos especiales, de posproducción... y ahora estas empresas están cerradas. Estamos intentando acelerar pero por lo menos tuvimos la suerte de acabar el rodaje.

"El Ministerio del Tiempo no es una serie sencilla, es para un público curioso"

¿Cuáles son sus guionistas de referencia?

Son muchos; mucha gente de la BBC, de HBO… Pero sobre todo los referentes que hemos tenido siempre mi hermano y yo han sido la Televisión Española cuando solo estaba ella, y la BBC, como concepto de televisión pública, historias con una ética y compromiso con la sociedad. Y luego ese concepto de lucha por las series de autor, en el que creo que HBO es un poco la referencia.

Plataformas digitales como Netflix, antes, y ahora también HBO se han fijado en El Ministerio del Tiempo. ¿Qué ha supuesto para la serie?

En el caso de Netflix, que no solo distribuyó sino que produjo la tercera, es tener un partner que permite que te vean en todo el mundo. Y HBO ha querido estar esta temporada con nosotros. Emitirán las tres anteriores también. Para mí es un honor haber estado en dos de las grandes plataformas.

Parece que las series se dividen entre las que se hacen en abierto y las que son para plataforma. Y yo quisiera recordar que las que han dado a España un prestigio internacional son todas creadas para televisión en abierto

¿Cuál es el estado de la industria española en la producción de series?

Es muy positivo, hay mucho trabajo. Fuera se han dado cuenta de que aquí hay mucho talento. Pero también es un momento de transición. No hay que olvidar que las series son industria pero también cultura. Y este momento de oro viene de series de prestigio. Si no, no se hubiera llegado nunca hasta aquí. Series como Los Soprano, Breaking Bad o muchas de la BBC son muy importantes porque han generado tal prestigio cultural que han superado al cine. Y a partir de ahí hay una industria que bebe de eso. Pero no hay que olvidar que esas grandes series eran de autor, no tenían una audiencia explosiva. Eran como novelas de primer nivel y esas a veces no son best seller aunque luego haya gente como Stephen King. No quiero menospreciar a nadie. Estamos en un momento en el que hay tanto que hay que satisfacer a la industria. Pero también hay que generar nuevas voces, contar historias diferentes. Ese es el paso siguiente que hay que conseguir. Creo que España es el país que mejor produce en relación calidad precio. Para las plataformas, somos un país muy jugoso. Ahora lo que hace falta, que se está dando con Movistar y con Amazon en alguna producción, es que el presupuesto de nuestras series suba para que, aunque sigamos siendo buenos en esa relación calidad precio, podamos crecer en imagen.

También hay algo que me llama la atención: esa sensación de que las series se dividen entre las que se hacen en abierto y las que son para plataforma. Y yo quisiera recordar que las series que han dado a España un prestigio internacional, como Vis a vis, La casa de papel, El Ministerio del Tiempo, Merlí o Fariña, son todas series creadas para televisión en abierto. Ojo con mirar por encima del hombro a la televisión. Es más, todas esas series han sido creadas y producidas por gente que llevábamos muchísimos años en televisión; no vinimos del cine a hacerlas. Pediría un poco más de respeto a la industria de la televisión que se ha hecho durante años, que ha generado trabajo y riqueza. Pero a veces nos miran por encima a los que estamos todavía en televisión. Y hay que recordarles que, cuando viajas fuera, el 95% de las series que notas que tienen un reconocimiento especial fueron creadas para televisión en abierto.

Si pudiera viajar en el tiempo como la patrulla, ¿a qué época le gustaría ir? ¿Al pasado o al futuro?

Al futuro no me apetecería porque igual dejaría de ver a la gente que está conmigo y no tendría ninguna gracia. Al pasado, tuve la suerte de vivir los ochenta en Madrid y fue una época muy divertida. Pero siempre digo lo mismo, me gustaría que se encontrara una medicación contra la ELA y poder volver a ver mi hermano y que se tomara las pastillas y que siguiera trabajando conmigo.

¿Qué otros proyectos tiene entre manos?

Tengo varios pero no puedo contarlos… [Risas] Hace poco he hecho Atrapa a un ladrón, una adaptación de Hitchcock al momento actual en Argentina. Y también una serie de la que estoy muy orgulloso, que es Malaka, en TVE. Son tres series en apenas año y medio y estoy muy contento en mi presente.