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Germán Fernández: "Para mí sería un honor morirme en una carrera"

Germán Fernández: "Para mí sería un honor morirme en una carrera"
10/04/2016 - R.S.

Germán Fernández, madrileño castizo, es el ‘abuelo’ del Circuito Provincial de Carreras Populares. El 17 de abril cumple 83 años y sigue dando guerra, ya que como dice, correr es su vida

“Me gustaría como los grandes toreros, morir en el ruedo. El atletismo es una cosa que me ha dado mucha vida y para mi sería un honor morirme en una carrera. Sería una satisfacción personal ir un día corriendo y, ‘puff, se jodió el invento’...(ríe)”. Habla Germán Fernández González, un madrileño castizo y residente en Usera, quien a sus 82 años, (cumplirá el próximo 17 de abril los 83), se ha convertido en el ‘abuelo’ más querido de la familia de las carreras populares en la provincia. Ya sea en la Hoz del Huécar o en cualquier otra prueba del Circuito Provincial que organiza la Diputación, es el más aplaudido. Como él dice, lo importante es dar ejemplo y, “mientras  otros están en los sofás de sus casas o en la residencia, tú estás dando guerra”. 

Y así está haciendo. De momento, federado con el Club Atletismo Cuenca, se ha inscrito un año más en el Circuito y ya terminó su primera prueba, la disputada en Villamayor de Santiago. Incombustible e inconfundible, con su camiseta con el Che Guevara y la bandera de Cuba por delante y la de España por detrás, así como sus muñequeras y la cinta del pelo con la bandera rojigualda, cruzó el último la línea de meta, pero volvió a ser el gran campeón para todos. Consciente del cariño que despierta, disfruta en cada carrera y, mientras otro pudiera pensar en la retirada, él solo quiere seguir corriendo. Es su forma de vivir y, si la salud le sigue respetando, se le podrá ver en los pueblos de Cuenca y el próximo 5 de junio en la Hoz en la capital con más de 83 años y una vida llena de anécdotas, pues además de correr por todo el mundo, Fernández trabajó haciendo colchones, “con palo y vara”, relata, así como también trabajó de afilador y de taxista.

¿Cuándo empieza a correr? ¿De dónde le viene la afición al deporte y al atletismo?
Siempre he sido un deportista, de baja calidad, pero deportista. De joven jugaba al fútbol y cogía la bicicleta, esas dos cosas hasta que me casé. Estuve 26 años, pues mi mujer se murió en el 2000 y, poco antes, cuando ella enfermó, empecé a correr por correr para combatir la depresión que te surge cuando ves mal a un ser querido y, en nuestro caso, sin tener hijos. Salía a correr al campo, para despejarme. Ahí empecé y, luego, un día me animé a ir una carrera, una San Silvestre que empezaba en el Puente de Vallecas y terminaba en Cibeles y, tras esa primera experiencia llegaron muchísimas más. 
Incluidos los mejores maratones del mundo...

A todos los que he podido. Mi filosofía, cuando estaba casado y cuando me quedé viudo siempre ha sido disfrutar y vivir feliz. Todo el dinero que he tenido y tengo nos lo gastamos y me lo estoy gastando viajando y disfrutando. He corrido en Nueva York, en Berlín, en Londres, en Jordania, en Atenas, en Barcelona, en Bilbao, en Badajoz, en Sevilla, en Córdoba y varias veces Madrid. Me he recorrido España corriendo. También estuve en un Campeonato de Europa en Dinamarca y en los 10.000 metros  y en la Media Maratón hice un tercer puesto en las dos pruebas en mi categoría. Y no paro, todos los domingos viajó, siempre en transporte público hasta el sitio donde sea la carrera. Me sirve para mantener una calidad buena de vida, tanto física como mental.

¿Dónde está el secreto para seguir al pie del cañón? ¿De dónde saca las fuerzas para hacer ejercicio entre semana y viajar cada domingo a un sitio a correr?
-He sido un hombre sano. No he fumado, no he bebido y me he alimentado bien y, afortunadamente, el cuerpo lo tengo en unas condiciones muy buenas para la edad que tengo. Sin dolores, sin molestias, sin depresiones y bien alimentado, porque para que el cuerpo marche hay que darle mercancía buena y sin engaños, todo natural, nada de envasados. Por ahora estoy bien, me cuido con el fisioterapeuta y, por ahora, de médicos no quiero saber nada.  De hecho, hace unos días fui al médico porque me dolían las piernas. Me mandaron una analítica y unas pruebas, pero llegué a casa y me dije, ¿pero tú estás tonto Germán? ¿Te vas a meter en laberintos de pruebas sin dolerte nada? Y no fui a hacérmelas. Estoy bien y sigo corriendo, como en Villamayor.

Son cuatro años ya en el Circuito Provincial, ¿Cómo llega a Cuenca y por qué se federó con el Club Atletismo Cuenca?
Ya conocía a Javi Polo y me dijo que me federara y me buscara un club y le dije que me hiciera del suyo. En Madrid, estuve en uno, pero no me gustaba su gente y me fui a Cuenca. Cuenca y Ciudad Real son los dos Circuitos donde más a gusto corro cada domingo. 

¿Por qué Germán? ¿Qué tienen de especiales?
Hay una diferencia entre las carreras populares de un Circuito Provincial como el de Cuenca a las de las que se celebran en las grandes ciudades, como Madrid. En provincia, las carreras son humanas. La gente está con el corredor, es su carrera y son cercanas, en las grandes capitales, la gente va para presumir, pero donde esté una carrera en la provincia, en Ciudad Real e incluso Toledo, es especial, cuanto más pequeño es el pueblo más bonito es, al menos para el punto de vista de un hombre de 83 años, muy diferente al de un chico de 22. 

¿Cuál es su punto de vista?
Yo pienso en vivir y en dar ejemplo, porque soy consciente de que mi presencia en una carrera es importante. La gente mayor se motiva y me ve. “Si el abuelo este con más de 80 años corre, yo también aunque tenga 60 o 70 podría intentarlo y hacerlo”, dicen. En esta vida hay que predicar con el ejemplo. Hay que estar en primera línea y yo me siento bien y cuando la gente me ve, me aplaude. Aguantaré mientras me lleve la maquinaria... (ríe)

Vamos que renovamos el contrato sin fecha de caducidad...
A las carreras le debo la vida. No me quiero morir, cuidado, quiero seguir dando guerra, pero me gustaría morirme en mitad de una prueba, como los luchadores en la arena.

Con su camiseta, pantalones, muñequeras de siempre, ¿por qué esa camiseta con la bandera cubana, la foto del Che Guevara y su famosa frase ‘Prefiero vivir de pie que vivir arrodillado? ¿Qué significado tiene?
Siempre he corrido con esa camiseta en las pruebas a las que he ido. Con mi mujer fui varias veces a Cuba y tengo gran pasión por ese país. Llevo una bandera de Cuba, pero por detrás y en las muñequeras llevo la de España. Soy español cien por cien, pero también me siento un poco cubano. Admiré al Che y también a Fidel. Era mejor el Che, pero no fue inteligente, fue un valiente luchador, y eso le costó morir. Pero bueno, eso es política y a mí lo que me gusta es el deporte. Es mi camiseta y la seguiré llevando.