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"Espero ocupar un puesto en el que pueda contribuir a mejorar la sociedad”

El estudiante conquense forma parte del equipo ganador de la competición ‘Day of Crisis’, un certamen de Derecho Internacional y Diplomacia celebrado en La Haya
"Espero ocupar un puesto en el que pueda contribuir a mejorar la sociedad”
Foto: Saúl García
28/05/2022 - Dolo Cambronero

Durante 24 horas ininterrumpidas, Luis Doménech Moya (Cuenca, 1998) y cuatro compañeros de la Universidad Carlos III de Madrid se convirtieron en una compañía especializada en la gestión de crisis internacionales, teniendo que asesorar a ONG, estados y empresas frente a determinadas situaciones. Fue en el ‘Day of Crisis’, una competición de Derecho Internacional Público y Diplomacia celebrada en el Palacio de la Paz de La Haya en la que competían nueve universidades y en la que estos cinco estudiantes tuvieron una brillante actuación: ganaron el premio colectivo y se hicieron con el galardón al mejor discurso por la simulación de una intervención en la Asamblea General de Naciones Unidas. Todo en inglés, claro.  

Los compañeros de fatigas del conquense han sido: Carlos Aldea de Vicente, estudiante de Derecho y Administración de Empresas; Nazaret González Terradillos, alumna de Derecho y Estudios Internacionales; y María Palos Pereira y María Revert Calabuig, licenciadas en Derecho y Economía y que están cursando en la actualidad el máster de acceso a la abogacía en la Carlos III.

“Ganar fue una inmensa alegría. Es una experiencia única. En los seis años de la universidad, nunca he hecho nada similar y no sé si alguna vez volveré a hacer algo parecido. A nivel emocional, de aprendizaje, de esfuerzo, de sacrificio... fue muy fuerte. El premio era ya competir”, asegura Doménech Moya.  

Porque para participar había que pasar un primer filtro y lograrlo ya fue todo un triunfo. “Hay otras universidades que tienen una tradición en Derecho Internacional Público como la King’s College London o La Sorbona de París, y suelen estar en este tipo de competiciones. Pero en España no tenemos esa tradición. Por eso, ya era un premio ir y representar a nuestro país”, celebra.    

El joven destaca especialmente el compañerismo y el gran aprendizaje que aporta el trabajo en equipo: “Hay que saber apoyar y dejar también que te apoyen cuando las cosas no salen”. Y es que a lo largo de las 24 horas en las que transcurrió el certamen, las fuerzas flaqueaban a veces. “Llega un momento en que no es solo que tengas más o menos manejo del Derecho sino que, cuando son las cinco de la mañana, tienes que conocer bien al equipo para saber quién es más útil haciendo tal tarea y hay que organizarse para dormir”, relata. Con todo, apenas pegaron ojo más allá de una hora cada uno. “Nos iban llegando las tareas. Entregabas una y te lanzaban la siguiente”, explica. Redactar escritos legales, acudir a negociaciones diplomáticas y simular una intervención en la Asamblea General de Naciones Unidas sobre espionaje internacional fueron algunas de las tesituras a las que se enfrentaron.  

“Es el broche de oro a mi experiencia universitaria, que ya llega a su fin”, cuenta el joven, que está a punto de finalizar sus estudios, que le han permitido vivir dos experiencias internacionales: estudiar durante un semestre Sciences Po en Toulouse y otro en la Universidad de Maastricht, aunque en este caso tuvo que regresar antes por la pandemia. Y también hizo voluntariado en Jerusalén.  

Además, los cinco miembros del equipo ya habían competido, en diferentes ediciones, en otro certamen de Derecho Internacional Público: ‘Jessup International Law Moot Court Competition’. En el caso del conquense, ha participado en el último, que incluía distintas pruebas escritas y orales de septiembre a enero. Los mejores equipos se clasificaban para pasar a la fase final en Washington (Estados Unidos). El equipo del que formaba parte Doménech Moya fue finalista de España, por lo que deberían haber ido a  EE. UU. aunque, debido a la pandemia, las rondas se celebraron en modalidad online. Por ello, para el joven ir a La Haya ha sido simbólicamente como el otro viaje frustrado.          

De cara al futuro, ha solicitado varios programas de posgrado, de los que está pendiente de respuesta. Si no, tiene la alternativa de trabajar en un despacho de abogados o en una consultora. “Soy optimista. Espero ocupar un puesto en el que pueda contribuir de alguna forma con mis conocimientos, mi experiencia y mi trabajo duro a intentar mejorar la sociedad”, confía el conquense, que dice ser amante de la lectura y forofo del Real Madrid.