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“Es complicado hallar un donante compatible, pero nunca hay que perder la esperanza”

Francisco Díaz Niño, trasplantado de corazón desde hace 23 años, comparte su experiencia y anima a confiar en la medicina y en la sociedad
“Es complicado hallar un donante compatible, pero nunca hay que perder la esperanza”
Francisco Díaz Niño junto a su mujer. Foto: Saúl García
04/06/2025 - Rubén M. Checa

Francisco Díaz Niño empezó a sufrir pequeños infartos de corazón cuando tenía 36 años,  una problemática que con el paso del tiempo se fue agravando hasta finales de 2001, cuando uno de esos infartos le partió el corazón por la mitad.


En ese momento tenía 44 años, vivía en Cuenca, llevaba toda su vida trabajando como jefe de mantenimiento en Paradores, y tras sufrir dicho infarto, rápidamente los médicos le metieron en lista de espera para recibir un trasplante de corazón.

En el hospital Virgen de la Luz de la capital comenzó el proceso para recibir el trasplante y tuvo que esperar a que apareciera un donante compatible con él. Pasó ese tiempo entre su casa y hospitales, yendo a Madrid a hacerse las diversas pruebas de cara a recibir un corazón donado.

Según pasaban los días, su situación se iba volviendo más crítica, ya que con cierta frecuencia se le encharcaban los pulmones, pero a primeros de marzo de 2002, ingresó en la UCI en el hospital Puerta de Hierro de Madrid. Estando ya muy grave, justo apareció una donante, y pudo recibir el trasplante de corazón.

Gracias a este órgano, Francisco volvió a la vida y aunque su vida no volvió a ser la misma, sí que tiró hacia delante. Contó con el apoyo inseparable de su mujer, Teresa Pérez López, y de sus hijos. “Me puse bastante mejor respecto a cómo estaba, aunque tuve que estar tomando medicación para que mi cuerpo no rechazara el órgano y periódicamente tengo que someterme a revisiones médicas”, relata Francisco.

Ahora tiene 67 años, tuvo que dejar de trabajar, pero que hubiera un donante compatible, fue “una noticia estupenda, la mejor que pude recibir”. Los primeros meses tras el trasplante fueron de adaptación hasta que pasó medio año y, aunque tenía miedo y lo pasaba mal en todo el proceso, finalmente todo salió bien.

“No he vuelto a hacer la vida exactamente igual, porque he tenido muchas limitaciones”, recalca, siendo la bajada de defensas una de esas, pero a pesar de esos problemas, las ganas de vivir siempre estaban por delante.

En estos 23 años con el corazón trasplantado, Francisco Díaz entró a formar parte de la Asociación Pretrasplante y Trasplantados de Castilla-La Mancha, y en todo este tiempo ha compartido constantemente su experiencia con personas que también se encuentran o han estado en el proceso de recibir la donación de un órgano.

“Es muy complicado conseguir un donante compatible, pero nunca hay que perder la esperanza”, subraya Francisco, que apunta que en estas dos décadas la situación respecto al número de donantes en España se ha mantenido similar. Por eso, pide a los pacientes que puedan estar en situación de recibir un trasplante que confíen en los médicos y en la sociedad.

Y es que, cada paciente es un mundo: no hay un tiempo en lista de espera determinado, no hay la certeza de si saldrá un donante compatible, y en caso de recibir el trasplante, el tiempo de vida tras recibir el órgano varía de uno a otro. Todo ello porque en cada proceso influyen numerosos factores, como son la urgencia por recibir el trasplante, la edad o el estado de salud.