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María Antonia Campillo, más de una década en el Centro Cultural Aguirre

No olvida, tampoco, el paso por el centro cultural del pintor Antonio López
 María Antonia Campillo, más de una década en el Centro Cultural Aguirre
06/04/2015 - G. D.

Con estudios de Magisterio, trabaja desde 2004 como oficial de mantenimiento 

Se la puede ver, casi a todas horas, por el Centro Cultural Aguirre, donde ejerce de oficial de mantenimiento: María Antonia Campillo, conocida como Toñi, es la que se encarga, entre otras muchas cosas, de atender las llamadas, garantizar que el silencio impere en la sala de exposiciones o en el acceso a la hemeroteca y de adecuar el salón de actos a los numerosos eventos que acoge casi cada día, desde el Cinema Aguirre a presentaciones de libros pasando por teatro infantil o tomas de posesión de los nuevos académicos de la Racal. 


“Es un trabajo muy bonito porque, entre otras cosas, conoces a mucha gente”, dice.


Así, recuerda con especial cariño la exposición que en 2007 realizó en Aguirre el fotógrafo marsellés Stalisnas Guigui dentro de la primera edición en Cuenca de PHotoEspaña. “Era una muestra muy impactante, con fotos que había hecho durante dos años en un suburbio de Bogotá. Y él era un autor de esos a los que les gusta explicar su obra, que se dan mucho al público”.


Entre los presentes en aquella inauguración estaba la reconocida fotógrafa Sylvia Plachy, madre del actor Adrien Brody. a la que PHotoEspaña dedicó aquel año una retrospectiva en Madrid. “Me preguntaba cosas y yo no la entendía, así que la llevé de la mano por el centro: era la única manera de entenderlos. Luego me dijeron quién era”.


En su lista de recuerdos guarda también una exposición dedicada en 2008 al pintor y escritor Gienés Liébana comisionada por el que fuera su profesor de latín, Juan José Gómez Brihuega, fallecido en 2011 y que ahora da nombre al salón de actos. Nacido en 1921, Liébana, miembro del Grupo Cántico de Córdoba, era ya “un hombre mayor, de 91 años, pero no los aparentaba. Expuso buena parte del trabajo que había hecho a lo largo de su vida y que seguía haciendo, muchos retratos de ángeles, mágicos, simbólicos. Le hicimos un homenaje especial un sábado por la tarde en el que nos saltamos la regla de no abrir el centro con un catering al que acudieron políticos importantes y gente del cine como Cayetana Guillén Cuervo. Es algo que te emociona”.


No olvida, tampoco, el paso por el centro cultural del pintor Antonio López (antes de que entregara la pintura de la familia real), de Julio Anguita o del conquense José María Cruz Novillo. “Este me parece un diseñador impresionante, pero no vino nadie de la escuela que lleva su nombre”. Ni de los ya fallecidos ‘Tete’ Manzanet (“venía todos días y guiaba por su exposición de pintura a los visitantes”) y José Luis Sampedro (“me traje un montón de libros para que me los firmara pero, tras saludarle y decirle que me gustaba mucho su literatura, me quedé cortada”).


Hasta una boda entre una conquense y un británico llegó a acoger el Centro Cultural Aguirre, y Toñi se encargó de buena parte de los preparativos. “El Ayuntamiento no podía ese día y la chica, cuando vino, no estaba muy convencida de casarse aquí, pero le montamos el salón tipo teatro, con telas rojas en las mesas, la foto del Rey, banderas, abrimos las puertas grandes y pusimos unos macetones en la entrada. Además, pedimos que abrieran los jardines de la Diputación para que se hicieran las fotos”. Así que el centro se llenó de gente trajeada, también de algunos hombres con la denominada ‘kilt’, la popular falda escocesa a cuadros. Y ver el salón de actos lleno, y que la gente salga contenta, es algo que a Toñi le alegra mucho. El trabajo y la vida.