La música resuena en el local, aunque los protagonistas son capaces de aislarse de todo. Un ojo entrecerrado para afinar puntería, unos amagos de tiros y, finalmente, el dardo sale volando hacia la diana, clavándose en el redondel que rodea a la misma diana. No hay deporte que se le escape a Cuenca, y es que la emoción de los dardos se puede encontrar en los bares de la ciudad y, especialmente, con un pequeño grupo de gente que lo ha convertido en algo más que una afición.
La Peña Furia Conquense, por si tuviese poco apoyando –mejor dicho, llevando en volandas– al equipo de balonmano, además de contar con una sección de bolos conquenses, se curte también en la diana con su sección de dardos.Samuel Ruiz, presidente de la Furia Conquense y uno de los fundadores allá por el año 2005, explica que esta sección nace de este ilustre grupo de amigos con las mismas aficiones que empezaron a juntarse para jugar entre semana. Aunque ya venían jugando juntos desde tiempo atrás, hace cuatro años que decidieron cambiar el nombre del equipo a Furia Darts “por los peñistas que estábamos componiéndolo”, cuenta ‘Samu’.
A día de hoy, el grupo ha crecido y son dos equipos los que tiene la Furia, aunque llegaron a tener hasta tres. Dentro de este bullicio que hay por la diana, hay quien lo lleva más allá de las típicas partidillas entre semana. Furia Darts se cuela en la escena competitiva a través de citas como el Torneo Internacional celebrado en La Nucía el pasado mes de octubre. Allí fueron encuadrados con jugadores de todo el mundo, como estadounidenses, noruegos, franceses o alemanes.
Consiguieron pasar alguna ronda, aunque tenían claro que iban a aprender de la experiencia. “Disfrutamos del torneo y del ambiente, que es lo que más nos gusta, y de pasar el fin de semana con amigos”, cuenta Samu. Además, añade que en este tipo de torneos se empareja a los jugadores con otros de nivel relativamente similar –dependiendo de las puntuaciones y medias de cada uno– para favorecer la competitividad.
Otro de los habilidosos de la diana que estuvo allí fue Jesús López, más conocido como ‘Chechu’, que asegura haber aprendido mucho de la experiencia, aunque coincide con Samuel a la hora de recalcar que lo mejor fue compartirla unos con otros. Precisamente fue en casa, con su familia, como se inició en el mundillo de los dardos e
SIN MÁS SECRETO QUE LA PRÁCTICA
Quien más y quien menos ha jugado alguna partida a los dardos en cualquier bar. Para los no duchos, dar donde queremos puede parecer toda una odisea. No nos engañan los jugadores a la hora de reconocer que, efectivamente, lo es. Pero según los miembros de Furia Darts, no hay secreto ni fórmula mágica alguna: todo es entrenamiento. “Es echarle muchas horas, entrenar y tener temple para lanzar el dardo. Como en cualquier deporte, todo es practicar”, cuenta Samu, apuntando que cualquiera es capaz de mejorar si le añade la constancia, más allá de jugar esporádicamente con amigos un fin de semana. Como punto a tener en cuenta, destaca que el movimiento de brazo y de muñeca es muy importante, y que éste se va perfeccionando según se juega más y más.
La respiración, visualización, postura del cuerpo y agarre del dardo también son factores que entran en juego en esta complicada ecuación para conformar el ‘tiro perfecto’. A pesar de ello, y como todo en la vida, hay días... y días. “Tienes tus rachas, hay días en los que no te sale nada”, cuenta Chechu, que a juzgar por sus tiradas tras contestar a estas preguntas, no se encuentra en uno de esos días malos.
LA AFICIÓN CRECE
Lo cierto es que la práctica de los dardos goza de buena salud en Cuenca. “Aquí hay mucha afición y movimiento con los dardos, sobre todo a los electrónicos, porque es donde hay ligas para ello”, cuenta Samu, que muestra su deseo de seguir promoviendo torneos de este deporte –suscribe estas palabras mientras se celebra una pequeña competición el día de Reyes– para que se sume más gente a la diversión de las ligas. No le pierde el ojo a estas competiciones Chechu, que continúa realizando sus tres tiradas reglamentarias en una partida de calentamiento antes del torneo.
A nivel internacional, casualmente ha sido en las últimas semanas cuando esta divertida disciplina ha gozado de bastante popularidad debido al Mundial en el que ha habido un nombre propio: el de Luke Littler, el joven inglés de tan solo 16 años que se ha consolidado como niño prodigio de los dardos al acabar como subcampeón. Aunque en Furia Darts no haya un “Littler propio”, Samu le invita a él –“Aunque ya tiene caché y cuesta traerlo”, bromea– y a todo el que quiera a sumarse a la fiebre de los dardos. “Que venga, se apunte a las ligas y vea el ambientillo. Todo eso terminará enganchando. Entre balonmano y dardos… el mejor ambiente lo tenemos aquí en el local”, concluye Samu.
Chechu desvela la última clave, y es que todo se disfruta mejor en buena compañía: “Jugar a gusto con tu grupo de amigos, sin presión ninguna. Eso es lo que va a acabar haciendo que te animes a quedarte en el mundo de los dardos”, cuenta el jugador al tiempo que recoge los tres dardos de un compañero y se dispone a realizar su tirada.
El próximo mes de abril volverán a La Nucía para el Internacional, que cambia de fecha, por lo que los conquenses ya están afinando puntería para dejar el nombre de la famosa peña en el centro de la diana.
