La violencia machista que se ejerce contra las mujeres ha encontrado en el entorno digital nuevos escenarios en los que extenderse. La híperconectividad y el uso de las redes sociales, a veces como único canal de comunicación, hace que detrás de un vídeo, de una imagen creada mediante IA o de historia de Instagram exista un peligro real de violencia hacia la mujer.
Este año, con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres (25N), y bajo el lema ‘#Yo no comparto violencia hacia las mujeres’, el Gobierno regional pone el foco en la violencia digital que “afecta de forma creciente a adolescentes y mujeres jóvenes”. La hipersexualización de la imagen de niñas y adolescentes, la presión estética, la difusión de contenido íntimo o el chantaje afectivo son formas de agresión cada vez más preocupantes. Según un informe reciente del Instituto de las Mujeres, más del 70 por ciento ha recibido comentarios sobre su físico o mensajes de contenido sexual no deseado, mientras que el 60 por ciento ha sido objeto de menosprecios, ataques e insultos en las redes sociales.
“El problema es la normalización de este tipo de violencia entre los adolescentes”
La delegada de Igualdad del Gobierno regional, Ana Eloísa Olmeda, lo resume con claridad: “La juventud utiliza las redes a diario y el principal problema es la normalización de este tipo de violencia. Los chicos ejercen esa violencia y las chicas, en muchas ocasiones, la normalizan”. Lo preocupante, señala, es la convivencia con un comportamiento que se percibe como “parte de la vida digital” y no como violencia de género. “No podemos normalizar imágenes o conductas que son violencia hacia las mujeres”, subraya Olmeda, para quien la respuesta solo puede llegar desde la educación y el pensamiento crítico.
Por suerte, la lucha contra la violencia de género está encontrando alianzas en institutos, aulas de teatro, empresas, bibliotecas y pequeños municipios. Desde estos espacios se están levantando redes de prevención y espacios seguros para la mujer donde se trabaja a favor de la igualdad “de manera transversal”.