"Como una gota de agua para una fanega de trigo"
El proyecto de los Presupuestos Generales del Estado de 2018 contempla una inversión de 144,478 millones de euros para el Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares en Villar de Cañas. Recuerden el dato: 144,5 millones de euros.
El Ayuntamiento de Cuenca tiene un presupuesto para 2018 de 58 millones de euros. Con ese dinerito proporciona trabajo, aproximadamente, y corríjame el alcalde o su concejal si me equivoco, a: 450 empleos directos para funcionarios del propio Ayuntamiento, Policía y Bomberos; 50 empleos en su sección de Deportes; 25 en la Fundación Cultura; 50 en Aguas de Cuenca; 40 en la Fábrica de Maderas; 25 en Urbanismo; 8 en Parques y Jardines; 85 empleos externalizados; 5 Conserjes; 20 Conductores de Transporte Urbano; 4 empleados del Cementerio, 3 de Turismo; y un Guardia de Seguridad. Es decir, más de 750 empleos fijos, que de manera sostenible se renuevan todos los años, dando estabilidad a otras tantas familias.
El área de salud de Cuenca (SESCAM) tiene un presupuesto de 100 millones de euros y paga 2500 nóminas todos los meses, entre trabajadores del Hospital, Atención Primaria y Sustituciones.
Comparando estas cifras podemos hacer una sencilla extrapolación: 144 millones de euros, por una regla de tres, tendrían que servir para contratar cuando menos a 3.600 conquenses. Creemos, y digo creemos porque este dato cambia mucho de principio a fin según cuanto les dé a las empresas contratadas por ampliar sus gastos, que el coste estimado para finalizar el proyecto del ATC es de 2800 millones de euros (fíjense casi 50 años asegurando el presupuesto del Ayuntamiento de Cuenca sin que tuviésemos que pagar ningún impuesto). Si seguimos el mismo razonamiento, grosso modo, el fabuloso ATC podría emplear a 70.000 conquenses. ¡Qué maravilla! ¡Tendríamos que llamar a nuestros hijos para que volvieran de la emigración a trabajar a Cuenca! Vamos, informen ya, grítenlo por las calles y por la oficina del INEM: Todos los conquenses tienen derecho a saber dónde tienen que apuntarse para optar a esos 70.000 puestos de trabajo.
Es fantasioso e ingenuo oír que el Estado va a invertir 144 millones de euros en Cuenca y creer que ya casi los tienes en tu nómina, que esos puestos de trabajo están a punto de sacarte del paro. La realidad, siento decirles, es tristemente punzante: si quitamos el CTA (cuyos puestos los cubrirá Enresa con sus ingenieros), en el ATC no se generarán para los conquenses más de 20 empleos directos, muy probablemente los de guardia de seguridad. Pablo Zuloaga, el jefe del departamento de Ingeniería de Residuos de Alta Actividad de Enresa y principal responsable del ATC en la empresa pública en 2012, preguntado durante un debate público en Villaescusa del Haro por el trasunto del empleo, se expresó con transparencia: “los empleos no serán la panacea”. El ATC solo tiene como fin la gestión de los residuos, no el desarrollo económico de una comarca. Consideren, para establecer una analogía sensata, que las inversiones de las infraestructuras del AVE en la provincia de Cuenca fueron de una cuantía superior y no se han traducido precisamente en un despegue económico ni en una materialización de empleos fijos.
El ATC es para el empleo como una gota de agua para una fanega de trigo, un espejismo. Despierten de esa realidad engañosa, defiendan los presupuestos de su Comunidad y de su Ayuntamiento, los que sostienen el funcionamiento de su ciudad, su salud, su agronomía, su educación y su cultura, los que mantienen y cuidan los puestos de trabajo todos los años, toda la vida. Si quieren empleo en el ATC, tendrán que competir con cientos por el puesto de vigilante nocturno de un cementerio radiactivo. Parece más oportuno que reclamen a su gobierno una inversión real y cercana, limpia, transparente, que genere un empleo sostenible para el futuro de Cuenca. ¿En qué? ¿Qué puede hacerse en Cuenca? Seguro que tienen ideas. Transmítanlas a sus superiores. Demuestren que somos algo más que un basurero. Les hablaré de una propuesta: la Energía Social.
