El verano es una excelente época para lucir los tatuajes y, por qué no, para hacerlos, aunque siempre con las debidas precauciones.
Laura Egea, gerente de Musa Tattoo, estudio de tatuajes y piercings ubicado en la Plaza de la Constitución, señala que estas decoraciones artísticas también se pueden hacer en los meses de calor, “pero controlando muy bien los tiempos de curación”. Por ejemplo, hay que estar al menos dos semanas sin poder bañarse e intentar en lo posible que no le dé el sol, uno de los grandes enemigos de los tattoos en cualquier estación del año, ya que crea un efecto láser muy perjudicial. Con todo, dice, “para mi es mejor esta temporada porque la ropa no te roza y te da el aire, pero lógicamente depende de los hábitos de cada persona”.
Laura Egea acaba de conseguir dos primeros premios y un tercero en la categoría de color de la 18 edición de la Valencia Tattoo Convention con diseños como un retrato de Brad Pitt en su papel de Tyler Durden en ‘El Club de la Lucha’ o un orangután degustando un chupa-chups. Unos reconocimientos que ponen de manifiesto que la capital cuenta con grandes profesionales del tatuaje, cada vez mejor formados y atentos a las últimas tendencias.
Esta artista asegura que la técnica del color le permite jugar más con la combinación de tonalidades, el equilibrio o las mezclas. Pese a que los clientes siguen decantándose por los tatuajes tradicionales en negro, cada vez gana terreno el color. “Una vez que lo prueban les gusta más”.
En Cuenca hay una gran afición y adicción a los tatuajes. “Mucha más de lo que la gente se cree”. De hecho, en Musa hay clientes desde los 18 hasta los 80 años.
En el estudio pueden estar tatuando hasta diez o doce horas al día de lunes a sábado y el domingo lo dedican a diseñar. “En este mundo, como en cualquier actividad artística, todo va muy rápido y para estar a la altura no puedes parar”.
Por ello, sus señas de identidad son el trabajo duro e intentar que el tatuaje supere todas las expectativas utilizando cada vez técnicas más refinadas y creando obras únicas, personalizadas. “Atrás quedó el seguir solo una plantilla como ocurría hace años. Ahora detrás de cada diseño hay muchísimas horas, todo lo que no se ve, en busca siempre de piezas especiales para cada persona”, comenta Egea.
Pese a lo que se cree, duele tres veces menos que la depilación láser
El sector ha evolucionado mucho. Desde una mayor oferta de tipos de tintas, máquinas y agujas, a la curación del tattoo, o la utilización de los pigmentos.
“Hoy en día es raro quien no lleva un tatuaje. Se está expandiendo mucho, quizá por el hecho de que personajes famosos, como deportistas o actores, los llevan. El estigma que existía antes de que era algo que daba mala imagen se está empezando a borrar”, precisa esta profesional.
RECOMENDACIONES
Iniciarse en el mundo del tattoo está al alcance de cualquiera. Uno pequeño puede costar unos 50 euros, un precio nada elevado teniendo en cuenta que es para toda la vida. Dicen que quienes prueban, repiten.
Laura Egea recomienda a aquellas personas que estén interesadas que incluso antes de pedir cita se cuiden mucho la piel, sigan una dieta sana y dejen de lado el alcohol y el tabaco. “Es fundamental una piel sana y elástica, ya que así aguantará mejor los pinchazos”. Para los más miedosos, afirma que el dolor es llevadero. “De hecho la depilación por láser duele tres veces más”. Una vez terminado, hay que protegerse del sol, mantener la higiene, y utilizar una crema especial, evitando los roces.
Respecto a los diseños, Egea es clara: lo peor, cuando la gente quiere meter muchos elementos y todo queda apelotonado. Lo mejor, aquellas piezas que dan libertad a la creatividad del artista. Creatividad que, en el caso de Musa Tattoo, les ha convertido en referencia en toda España, con clientes que no dudan en hacerse varios kilómetros para poder exhibir sus obras de arte.
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