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Vendimia

Menos producción e incertidumbre en el arranque de la vendimia en Cuenca

Las cooperativas destacan la excelente calidad de la uva, aunque prevén mermas que van del 15 al 60% en las distintas comarcas y un mercado paralizado
Menos producción e incertidumbre en el arranque de la vendimia en Cuenca
Vendimia en El Provencio. Foto: Coop. Ntra.Sra. del Rosario
01/09/2025 - C.I.P.

La vendimia ha comenzado en la provincia de Cuenca con una uva de excelente calidad, pero con previsiones de producción a la baja. Las olas de calor de agosto, especialmente entre los días 10 y 15, han mermado notablemente los rendimientos en el viñedo, sobre todo en secanos, y han obligado a las cooperativas a moderar las expectativas que se manejaban en julio.

La cooperativa Nuestra Señora de Manjavacas, en Mota del Cuervo, ha sido una de las primeras en iniciar la campaña. Lo hacía el 7 de agosto con los varietales tempranos como Chardonnay y Sauvignon Blanc, una fecha en la línea de los últimos años, puesto que  según apunta su presidente, Juan Fuentes, el calor no ha supuesto un adelanto, puesto que iban con retraso. Eso sí “no ha dejado engordar el fruto y en muchos casos ha quemado la viña”.

Reconoce que, tras un inicio de verano que hacía prever una buena cosecha, la situación ha cambiado, aunque aún  es difícil cuantificar el daño. “No sabemos si la merma será de un 10, un 15 o un 20% por ciento, pero está claro que habrá mucho menos de lo esperado”. 

La irregularidad entre viñedos de regadío y secano complica aún más la foto y, según señala, no será hasta mediados de septiembre, cuando se vendimien las variedades tradicionales, cuando se pueda tener una cifra más precisa.

 

La ola de calor ha dado al traste con las previsiones iniciales, especialmente en los viñedos de secano, muy afectados por defoliaciones y deshidratación

Desde la D.O La Mancha, su presidente, Carlos David Bonilla, a su vez presidente de la cooperativa Nuestra Señora del Rosario, en El Provencio, corrobora que la calidad es “espectacular”. Según apunta la uva que está entrando en bodega “es muy buena, con alta acidez y una gran concentración de azúcares”,  que en los tintos está alcanzano una media entre los 13–14 grados.

 Respecto a la merma, los cálculos de la D.O en la comarca de la  Mancha conquense se cifran entre un 15 y un 20%, respecto a 2024, en los varietales blancos de regadío pero lo peor llega en los secanos, donde el calor ha provocado defoliaciones y deshidratación de la viña. Si a eso se añade el pedrisco en algunas zonas, como en San Clemente, los daños alcanzan en parcelas concretas hasta un 50–60%.

Bonilla calcula que en su cooperativa podría quedarse un 30% por debajo del pasado año, lo que supone en torno a tres millones de kilos menos sobre una producción habitual de 23 a 24 millones. Con todo habrá que esperar el final de campaña para dar cifras concretas. 

La situación se repite por otras comarcas productoras, como es el caso de La Manchuela, desde donde calculan que el volumnen de cosecha se moverá entre un 30 y 40% menos de lo esperado.

La vendimia ha comenzado a generalizzrse con la variedad cencibel en La Mancha, mientras que el airén aún tiene que esperar ya que todavía no ha alcanzado el punto óptimo.

 

Foto:D.O. La Mancha

En cooperativas como la Unión Campesina Iniestense (UCI) en estos momentos se están recogiendo varietales como el Chardonnay y Sauvignon Blanc. La cosecha, dice su gerente, Gerardo Paños, presenta una  calidad  buena, con uvas muy sanas, pero admite que las noches tórridas de principios de agosto han hecho mucho daño.

 “De la cosecha que esperábamos en primavera hemos perdido un porcentaje altísimo”, señala. Con todo, la previsión de la UCI es que esta campaña suponga un 10–15% más que el año pasado, cuando apenas se recogieron 32 millones de kilos,  por la sequía y los daños causados por las tormentas, pero aun así quedará muy por debajo de los 50–55 millones que corresponderían a un año normal. “Aquí casi todo es secano y dependemos del clima. Lo poco que llueve son tormentas muy locales que dejan unos pueblos beneficiados y a otros nada”, lamenta.

En esta zona, el grueso de la vendimia llegará en septiembre, con variedades tintas como la Bobal y la Garnacha Tintorera, además de la Tempranillo, cada vez más extendida. 

En cuanto al mercado Bonilla se muestra prudente. Considera que la reducción de cosecha debería permitir mantener los precios en niveles similares a los del año pasado, pero advierte de que es pronto para hacer afirmaciones rotundas. “De momento todo indica que los precios se sostendrán, pero hay que ser cautos y ver cómo evoluciona la campaña”, apunta.

 De momento, el mercado del vino se mueve con cautela y, apenas hay operaciones. Los responsables de las cooperativas conquenses coinciden en señalar que la campaña se afronta con prudencia y expectación. La reducción de existencias en bodega y la merma de cosecha deberían sostener los precios, pero todo dependerá de cómo evolucione la vendimia en Castilla-La Mancha y en los principales países productores europeos.

 

“El mercado tiene que reaccionar, y lo hará. Lo importante es que no cunda el desánimo y que la vendimia se afronte con calma”

Fuentes describe un escenario paralizado. “Hay incertidumbre porque no se sabe qué volumen tendremos y porque también hay que ver qué ocurre en Francia e Italia. Los embotelladores están quietos y no hay operaciones”, explica.

Pese a ello, Paños transmite un mensaje de tranquilidad al sector. Señala que, aunque la producción será corta, la uva está llegando con buena calidad sanitaria y no existen excedentes en bodega, lo que debería sostener el mercado. “No nos tenemos que poner nerviosos”, subraya, convencido de que los precios se mantendrán estables e incluso puedan repuntar en tintos.

En su opinión, el gran reto ahora es acompañar la merma de producción con una comercialización dinámica que permita al viticultor defender mejor su producto. “El mercado tiene que reaccionar, y lo hará. Lo importante es que no cunda el desánimo y que la vendimia se afronte con calma”, concluye.


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