Lohuecosuchus, un cocodrilo del Cretácico en el yacimiento de Lo Hueco

El nuevo y sorprendente descubrimiento procedente del yacimiento conquense de Lo Hueco, se llama Lohuecosuchus megadontos. Es el nombre con que se conoce el cocodrilo encontrado, un reptil caracterizado por tener unos dientes desproporcionadamente grandes, de los mayores que se conocen en grupos cercanos y este jueves se presentaba en sociedad tras haber  cumplido con el requisito científico de su publicación, esta ocasión en la revista PLoS One. 

La presentación en el Museo de las Ciencias en Cuenca corrió a cargo del viceconsejero de Cultura del Gobierno de Castilla-La Mancha, Jesús Carrascosa, quien afirmó que el hallazgo del Lohuecosuchus en el yacimiento de Lo Hueco “evidencia el gran registro paleontológico que tenemos en Castilla-La Mancha y especialmente en Cuenca”. 

Carrascosa, acompañado por Francisco Ortega e Iván Narváez, aseguró que los yacimientos paleontológicos de Cuenca “ya son conocidos y valorados en el mundo científico internacional”, pero todavía hay que hacer un esfuerzo para que “lo conozcan los ciudadanos”, lo que serviría, según su criterio para impulsar el turismo a través de lo que se ha denominado comoDinoturismo”. 

Fue el momento en que recordó que el Plan Estratégico de Turismo de Cuenca y su provincia al que el presidente de Castilla-La Mancha “concede una importancia clave a los yacimientos de toda la provincia y al Museo de Paleontología de Cuenca, donde en breve expondrán los restos del dinosaurio ‘Pepito’, completando así la segunda fase de este centro expositivo”, al que todavía quedarían por completar una tercera y cuarta fase. 

Un Museo que, según Carrascosa, “se abrió demasiado rápido”, aunque sea “un proyecto que hay que revisar porque es muy mejorable”, por el que la Junta va “a mantener su apuesta” haciendo todo lo posible por la paleontología en Cuenca, dados los importantes yacimientos que se encuentran como Las Hoyas, Lo Hueco.

COCODRILO 

Esta nueva especie extinta del Cretácico constituye el pariente más cercano del grupo formado por todos los cocodrilos actuales.

De hecho, una especie que compartía muchas características fueron potentes nadadores con capacidad para caminar fuera del agua, tenía hábitos anfibios, y su cuerpo estaba cubierto por una potente armadura dérmica compuesta por varias filas de huesos integrados en la piel.

Los cráneos de cocodrilo encontrados en Lo Hueco pertenecen a la colección de huesos del yacimiento que aparecieron durante las obras  del AVE en 2007, en las proximidades del municipio de Fuentes, y ha proporcionado una enorme cantidad de restos de los animales que poblaban esta zona de la península hace unos 75 millones de años.

Entre estos restos se han recogido algunos esqueletos parciales y miles de restos de tortugas, cocodrilos y los grandes grupos de dinosaurios carnívoros de gran tamaño, carnívoros de pequeño tamaño..., “animales que no conocíamos de distintos grupos”. Y en concreto, un conjunto de material asignado al cocodrilo muy abundante, entre el que se encuentran varios cráneos y mandíbulas que podrían corresponder a dos especies distintas, aunque se centraran en la presentación en las características del Lohuecosuchus megadontos.

A pesar de estas similitudes, esta nueva especie extinta presenta un cráneo con rasgos distintos: en su parte externa surge un surco que lo recorre desde el oído hasta el lado posterior. Pero, lo que sin duda destaca, es el tamaño de sus dientes. como queda de manifiesto en la investigación publicada en la revista PLoS One y liderada por el grupo de Biología Evolutiva de la Universidad de Educación a Distancia (UNED).

   Los cocodrilos que habitan actualmente el cinturón tropical del planeta representan una muestra mínima de la diversidad y dispersión que mostró el linaje durante el Mesozoico. Los cocodrilos están formados por los grupos: los aligatores y caimanes, los cocodrilos en sentido estricto y los gaviales. Se considera que el antecesor común de todos ellos convivió con los dinosaurios en algún momento del Mesozoico. 

Curiosamente, el grupo al que pertenecen los cocodrilos actuales está escasamente representado en el registro fósil antes de la crisis de diversidad que acabó con los dinosaurios, por lo que la mayor parte de la información que poseemos sobre sus orígenes procede de la comparación con sus parientes más cercanos.

El grupo de parientes más cercano al que forman los cocodrilos actuales habitó Europa durante el Cretácico y, de hecho, resulta muy abundante en la última parte del Mesozoico, aunque no parece sobrevivir a la extinción que se produce al final del periodo.