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Las altas temperaturas modifican el ritmo de hibernación de los osos

"En El Hosquillo Se han dormido casi todos y estos últimos días no se ha visto a ninguno pero igual la próxima semana sale alguno"
31/01/2016 - C.I.P.
Las altas temperaturas de este invierno están influyendo en el ritmo de la naturaleza adelantando el proceso vegetativo y motivando, incluso la floración en algunas especies, pero también está afectando al proceso de hibernación de los osos. Al menos eso es lo que esta semana trascendía a nivel nacional con el retraso de la retirada a sus cuevas en  el  Parque Natural del Alto Pirineo Catalán. Las imágenes de una osa y sus oseznos deambulandoen busca de comida en la época en la que deberían estar hibernando han dado la vuelta al país. Aunque no es algo tan inusual como parece. 

La hibernación del oso pardo en España no es tan “cerrada” como ocurre en  Centro Europa, Canadá o Rusia. Aunque fríos, los inviernos de la península son más suaves que en estos lugares y la hibernación más corta e intermitente,  y en algunos casos puede llegar a ser un “sueño muy breve”. Así lo pone de manifiesto el jefe de Sección de Caza y Pesca de la Dirección Provincial de Agricultura en Cuenca, José Antonio Gil, quien señala que en el caso de los osos pardos del Parque Cinegético Experimental del Hosquillo, las altas temperaturas de este “inusual invierno” a penas  se ha notado en su comportamiento. Además, debido a que la hibernación no siempre es continuada, es difícil poder determinar un cambio de ritmo en su comportamiento, al menos en un espacio corto de tiempo. 

El factor que mueve a los osos a hibernar es la dificultad para encontrar alimento durante la estación fría, su protección ante esta situación es bajar un par de grados la temperatura de su cuerpo y adoptar una actividad metabólica mínima para mantener sus constantes vitales, el ritmo de su corazón pasa de 50 a 10  pulsaciones por minuto.

Desde luego “el falso invierno” que están viviendo animales y plantas se deja notar, aunque no con la misma intensidad en todas las zonas. En La Sierra de Cuenca, aún con inviernos muy duros, su latitud favorece una hibernación menos intensa. Eso sí, lo normal es que durante este período (entre mediados de diciembre y principios marzo) los osos apenas tenga actividad metabólica y, por tanto, ni busquen comida ni coman, aunque sus cuidadores les dejan comida, puesto que no todos los animales son iguales ni tienen un comportamiento idéntico.  “Si bien hay veces que puede pasar uno o dos meses que no salen, no todos los años pasa así, y aveces hay ejemplares a los que se les puedes ver casi todos los días, porque apenas hibernan”, señala José Antonio Gil.

Lo normal es las más activas sean las hembras con crías de otros años. De hecho ha sido el grupo que más se ha dejado ver  en El Hosquillo durante los últimos tiempos. Suelen tener más actividad empujadas por los oseznos, aunque lo normal es que no vayan más allá de las inmediaciones de la osera para tomar el sol. También cuando acecha el peligro se movilizan. El desgaste que les supone la lactancia  es otro de los motivos que les lleva a rentabilizar fuerzas saliendo en busca de una comida fácil.

Con todo las pautas no son uniformes, como tampoco la hibernación, que también depende  del tipo de hábitat en el que se encuentren.  Aunque según los expertos las pautas de comportamiento están cambiando durante los últimos años. Los inviernos son más cálidos y eso, con mayor o menor medida, lógicamente influye en los animales. En El Hosquillo “este año se han dormido casi todos y estos últimos días no se ha visto ninguno, pero igual la próxima semana sale alguno, un rato.. Eso sí están como adormilados”, apostilla Gil.

En el parque del Hosquillo, situado en el interior de una torca asimétrica, en pleno corazón de la Serranía conquense, actualmente viven en semilibertad  una decena de osos: cuatro adultos y seis jóvenes, que ocupan un territorio de diez hectáreas acotadas por una impresionante pared de roca. Habrá que esperar hasta e 19 de marzo para que el parque vuelva a abrir sus puertas la próxima temporada para poder disfrutar de  una visita, previa petición, a esta especie protegida incluida en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas en la categoría “En peligro de extinción”