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Enoturismo

Historia, arte y patrimonio en las visitas guiadas de Vinos Artesanos Altomira

Las actividades de enoturismo por su bodega de Mazarulleque, un pueblo de La Alcarria conquense, son una experiencia única para todos los públicos
Historia, arte y patrimonio en las visitas guiadas de Vinos Artesanos Altomira
Las visitas guiadas de Vinos Artesanos Altomira terminan con una cata en su bodega. Imagen cedida.
22/07/2023 - Publirreportaje

El enoturismo es una potente herramienta de lucha contra la despoblación porque potencia los recursos de las zonas rurales, dinamiza el medio natural y contribuye a preservar el patrimonio histórico, artístico y gastronómico al mismo tiempo que atrae inversión y recursos económicos a los pueblos. Precisamente, esto es lo que pretenden conseguir Maribel Rojo y José Manuel Vieco, propietarios de Vinos Artesanos Altomira, con las visitas guiadas a su bodega en las que combinan arte, historia y patrimonio para dar a conocer La Alcarria conquense a amantes de la producción vinícola de todo el mundo. 

Su idea es clara y se centra en ofrecer al visitante una visión general del municipio y de sus vinos a través de un recorrido por los puntos más importantes de Mazarulleque, la localidad donde está su bodega. Hasta ahora, se centraban en los elementos patrimoniales e historia de la localidad, pero han dado un paso más incorporando elementos artísticos. 

Y es que, en su fachada luce desde hace un tiempo un mural que “representa nuestra historia, la historia de Vinos Artesanos Altomira y que reivindica nuestro amor por la naturaleza, el respeto al medio ambiente y la pasión que sentimos por Mazarulleque a modo de homenaje”, señala Maribel. 

“A la gente le encanta esta experiencia porque somos nosotros los que contamos nuestra propia historia y les fascina”

En él están representadas las viñas, la Iglesia, la Virgen de Altomira, las cuevas naturales  donde se hacía el vino antiguamente y los cuatro elementos básicos –aire, tierra, fuego y agua–. Y es ahí, frente al mural donde arranca la visita guiada porque “nos sirve para situar a la gente y promocionar la zona”, dice Maribel. Después continúan con un recorrido histórico por el pueblo, acceden a una de las cuevas para hacer una pequeña cata y terminan en su propia bodega para probar otros de sus vinos. “A la gente le encantan porque somos nosotros quienes contamos nuestra propia historia y les fascina”, asegura Rojo. Tal es así que han tenido grupos de turistas de Estados Unidos, Japón, Kazajistan o Francia, entre otros países.

En verano, es cuando este tipo de turismo está en auge por el esplendor de las viñas antes de la vendimia, por ello hacen turnos de visita en horario de mañana y tarde para grupos de entre 25 y 30 personas, aunque no tienen límite de aforo ya que dependiendo del volumen de gente se organizan de una forma u otra. Para reservar solo es necesario contactar a través de la web de Vinos Artesanos Altomira.