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Campo conquense

El sector olivarero espera una merma de cosecha de entre el 30 y el 85%

Los daños de la borrasca Filomena han dejado sin producción el 40% del olivar de la provincia, si bien en el resto la aceituna se ha desarrollado bastante bien e, incluso, tiene un buen calibre
El sector olivarero espera una merma de cosecha de entre el 30 y el 85%
Los daños de Filomena en el olivar conquense oscilan entre el 30 y el 85%. Foto: Antonio Carrasco
29/11/2021 - Miguel A. Ramón

Aunque han transcurrido más de diez meses desde su paso por la Península, los efectos de la borrasca Filomena están muy presentes en el campo conquense, en especial, en el olivar, que sufrió importantes daños; eso sí, de manera muy desigual. Los olivicultores conquenses se disponen a iniciar en estos días la recolección de la aceituna y lo hacen, por lo tanto, con unas expectativas que varían, y mucho, dependiendo de la zona, según el alcance de los daños de la borrasca. Y es que el sector olivarero conquense habla de que Filomena ha dejado sin producción aproximadamente el 40 por ciento del olivar de la provincia, si bien este porcentaje puede variar del 30 al 85 por ciento según qué zonas, incluso, dentro de un mismo término municipal. 

No es de extrañar, por lo tanto, que desde las organizaciones agrarias vean complicado hablar de perspectivas de cosecha a nivel provincial. Y es que, tal y como asegura Miguel Esponera, secretario general de UPA Cuenca, los daños de Filomena han sido muy dispares y hay zonas como la zona de San Clemente, Sisante, Casas de Benítez, Vara de Rey o Casas de Fernando Alonso, donde la merma en la producción de aceituna se estima en torno al 85 por ciento, mientras que en otras zonas de La Mancha, como Mota del Cuervo, ronda el 30 por ciento.

Cifras que nada tienen que ver con lo experimentado en otras comarcas como la de Valverde de Júcar, donde se habla del 50% o La Alcarria que ronda el 60%. Eso sí, según el responsable del Olivar de Asaja Cuenca, Gerardo González, estos porcentajes pueden variar mucho dentro de una misma explotación y darse la circunstancia de que haya polígonos enteros con olivos totalmente destrozados, en especial en zonas hondas, y otros donde los daños sean prácticamente testimoniales. Lo que sí tiene claro es que serán necesarios una media de 10 años para recuperar el potencial productor del olivar dañado por la borrasca.

 

El sector olivarero espera una merma de cosecha de entre el 30 y el 85%

PRODUCCIÓN

Otra cosa bien distinta son las previsiones de producción para el 60 por ciento del olivar que se ha salvado de Filomena. Tanto Esponera como González coinciden en hablar del buen desarrollo de la aceituna en estos olivos, asegurando que tiene una buena calidad y un calibre considerable. De hecho, el representante de Asaja Cuenca va más allá y llega a aseverar que “hacía muchos años que no veía una aceituna tan sana”. Algo en lo que, según detalla, han tenido mucho que ver las heladas, que también matan larvas, insectos, etc., lo que ha propiciado que este año no se hayan detectado plagas

A pesar de todo, desde el sector se considera que aún es pronto para hablar de rendimientos, si bien todo indica que “no van a ser malos, al igual que el aceite, que se espera de calidad”. Tampoco dicen poder hablar de precios, entre otros motivos porque la campaña no ha comenzado de manera generalizada, si bien indican que el precio del aceite está subiendo, aunque desconocen cuál puede ser su comportamiento en las próximas semanas.

 

En este sentido, el secretario general de UPA Cuenca matiza que, aunque se puedan alcanzar buenos precios, el incremento de los costes de producción, con la subida de los carburantes, la energía eléctrica o los fertilizantes, echan al traste cualquier atisbo de rentabilidad.

 

AYUDAS AL OLIVAR

Para ambas organizaciones agrarias, en este escenario, con los efectos de Filomena como telón de fondo, cobran especial relevancia las ayudas a la recuperación del olivar convocadas por el Gobierno regional, porque contribuirán a paliar en parte las enormes mermas en la producción de algunas explotaciones, aunque llaman la atención de que se quedarán fuera bastantes olivicultores, que han tenido daños que no han alcanzado al 50% de la explotación.

Más allá de esta línea de ayudas, el representante de Asaja Cuenca pone el foco en la que, en su opinión, es la principal reivindicación del sector olivarero en estos momentos, como es la necesidad de que en la nueva Política Agraria Comunitaria (PAC) de 2023 incluya una ayuda específica para el olivar de baja producción, como es el caso del de la provincia de Cuenca. Una medida crucial, a su juicio, para el sector conquense, sobre todo, si se tiene en cuenta que se está hablando de eliminar las ayudas al olivar ecológico. “Mal futuro le espera al sector si no se contemplan esas ayudas”, finaliza.

El sector olivarero espera una merma de cosecha de entre el 30 y el 85%