La cebolla de TJ Agricultura se cuelga el sello de la mejor de C-LM
La empresa familiar TJ Agricultura, con sede en Quintanar del Rey, se ha alzado con el Premio Gran Selección Campo y Alma 2025 a la Mejor Cebolla de La Mancha. Se trata del primer galardón de estas características que recibe la compañía, un reconocimiento que, según destaca su directora general, Ana Isabel Alarcón, “pone en valor el esfuerzo de todo el equipo y la excelencia de un producto que representa lo mejor de nuestra tierra”. Para Alarcón, este premio es también una responsabilidad añadida. “Asumimos con orgullo el reto de representar lo mejor de nuestra región, trabajando con pasión, esfuerzo y compromiso para ofrecer cebollas con los más altos estándares de calidad”.
Afirma que este es “el primero de muchos” y avanza que la empresa trabajará para lograr en un futuro reconocimientos también por sus vinos, sector en el que gestiona ya 1.000 hectáreas de viñedo propio y transforma en sus modernas instalaciones de 14 millones de litros de capacidad, apostando igualmente por la diversificación varietal y el producto a medida.
La cebolla con la que TJ Agricultura ha logrado este reconocimiento es un producto certificado bajo la Indicación Geográfica Protegida (IGP) ‘Cebolla de La Mancha’, que destaca por su alto contenido en materia seca, calibre de gran tamaño —que puede alcanzar hasta un kilo por unidad—, color cobrizo intenso y una capacidad de conservación superior, fruto de las características únicas de la comarca de producción. “El potasio, el magnesio y el calcio de nuestros suelos, junto a las más de 2.700 horas de sol anuales, le aportan una suavidad y sabor únicos, además de un tamaño de bulbo que sorprende especialmente a nuestros clientes internacionales”, explica Ana Isabel Alarcón.
TJ Agricultura gestiona íntegramente todas las fases del proceso, desde la producción, transformación, envasado y comercialización de una cebolla 100% de producción propia, lo que le permite un control total de la calidad y una trazabilidad completa. “Nuestro modelo nos permite obtener un feedback constante de los clientes, lo que nos impulsa a mejorar cada año. No solo vendemos cebolla, vendemos excelencia, gracias al trabajo minucioso de nuestro equipo, a la innovación y al respeto por la tierra”, destaca Alarcón.

La compañía, con más de 30 millones de kilos de cebolla producidos anualmente en 350 hectáreas, exporta a mercados como Canadá, Panamá, Brasil, Yantai, Costa de Marfil, Ghana, Marruecos, Alemania, Reino Unido, Italia, Portugal, Grecia y Chipre, además de suministrar a los principales supermercados nacionales.
Su modelo de negocio está basado en valores como la calidad, la sostenibilidad, la innovación continua y el respeto por las personas y el entorno rural. “En TJ Agricultura creemos que donde hay campo, hay vida, y donde hay trabajo, hay futuro. Cultivamos futuro generando empleo y arraigo en el entorno rural”, subraya Ana Isabel Alarcón.
Ese legado se complementa con una apuesta firme por la sostenibilidad con sistemas de riego eficiente, rotación de cultivos, uso responsable de abonos, instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo con 4,86 MW de potencia, que permiten evitar la emisión de más de 580 toneladas de CO2 anuales.
“Nuestra filosofía es devolver a la tierra lo que la tierra nos da. Creemos en la obligación de conservar y proteger el medio ambiente y los recursos naturales”, enfatiza Alarcón.

De cara al futuro, TJ Agricultura afronta importantes retos y oportunidades. En un contexto de costes elevados y precios de venta fluctuantes, la empresa está reforzando su posicionamiento en mercados premium apostando por la diferenciación en calidad, certificaciones de sostenibilidad y reducción de huella de carbono. Además, prepara la incorporación progresiva de producción ecológica y la apertura de nuevos mercados en Asia y América.
La digitalización será otro eje clave, con la implementación de agricultura 4.0, big data, inteligencia artificial y sensores de suelo, además de drones para el monitoreo y la optimización de recursos. “La innovación es nuestra apuesta para mejorar competitividad, optimizar costes y responder a las demandas del mercado”, sostiene.
La empresa sigue también apostando por reforzar la visibilidad y el conocimiento de la IGP Cebolla de La Mancha, especialmente en el mercado nacional, donde según Alarcón, “la cebolla de Castilla-La Mancha es la más consumida, pero no siempre se percibe la diferenciación. Queremos que el consumidor conozca el valor de un producto de cercanía, más fresco, con más sabor, más sostenible, que apoya a los agricultores locales y genera empleo en el medio rural”.
Campaña
La empresa manchega está afrontando una campaña complicada, marcada por las lluvias persistentes y los bajos precios, aunque, gracias a la anticipación en las labores de siembra, mantienen una previsión positiva. Las previsiones para 2025, apuntan a un escenario climático exigente, con temperaturas más altas y lluvias irregulares, por lo Alarcón destaca que la adaptación es clave, y por ello están reforzando sus estrategias de riego eficiente y seleccionando variedades más resistentes al estrés hídrico y térmico.
“Estamos notando un aumento en la demanda de cebollas para el verano y con certificaciones de calidad, como la IGP Cebolla de La Mancha, en TJ Agricultura, estamos trabajando para certificar más parcelas y fortalecer nuestra posición en mercados premium”.
A todo esto se suma la inversión en tecnologías de agricultura 4.0 como sensores de suelo, monitoreo por drones y selectores ópticos para mejorar la trazabilidad y la calidad.
“2025 será una oportunidad para consolidarnos como proveedor de confianza en cebolla de calidad. Adaptarnos al clima, invertir en tecnología y responder a la demanda de sostenibilidad de nuestros clientes será la clave”, concluye.