Vuelve el turismo
La provincia va lentamente recuperando el pulso y avanza a la que llaman “nueva normalidad”. Pero la población debe seguir siendo responsable y tiene que evitar con su comportamiento un nuevo repunte de contagios de la Covid19. El coronavirus sigue ahí y ningún territorio puede permitirse retroceder por lo que podría suponer en pérdidas de vidas humanas, en estancamiento económico y en zozobra moral de los trabajadores y trabajadoras sanitarios.
Ya hemos podido comprobar desgraciadamente lo que ocurre cuando la Sanidad se ve desbordada y cuando tenemos que quedarnos confinados en casa. Sigue sin haber vacuna y depende de todos nosotros que no vuelvan a repetirse terribles imágenes como las que aún empañan nuestra memoria. En esta Fase 3, la hostelería y el turismo respiran poco a poco, a pesar de las restricciones que todavía impone la pandemia. Ambos sectores aportan mucho al Producto Interior Bruto provincial; por eso la reapertura de bares, hoteles, restaurantes, parques arqueológicos y naturales y centros de interpretación suponen un soplo de aire fresco en una economía local muy resentida.
Parques como el de Noheda ya tienen amplia lista de espera y prometen recibir a muchos visitantes en un verano en que primará el turismo de interior frente al de sol y playa. Hay que cuidar al turista y por eso es necesario ofrecerle seguridad y un servicio que le deje satisfecho, porque el boca a oreja influye mucho a la hora de que los ciudadanos elijan unos u otros destinos. Han reabierto el Parador, los hoteles y las casas rurales y ahora hay que buscar el aumento de las pernoctaciones. También es necesario dejar buenas sensaciones en los visitantes, para que vuelvan y para que recomienden la visita, sobre todo ahora que muchos españoles han renunciado a pasar sus vacaciones en el extranjero. No obstante, quizá haya llegado el momento de pensar que el futuro de Cuenca no debe basarse exclusivamente en el turismo y en el sector servicios y que habrá que buscar otras fuentes de riqueza basadas en la investigación, la atracción de nuevas empresas y el aprovechamiento del rico patrimonio natural que posee nuestra provincia.
Las ayudas institucionales a las empresas y a los trabajadores constituyen sin duda otro de los pilares básicos de la reconstrucción. El Gobierno español va a repartir un fondo de 16 mil millones de euros a las autonomías y el Ejecutivo regional hará llegar a 5 mil empresas más de nueve millones de euros. Los ERTEs y el Ingreso Mínimo Vital contribuyen a enjugar la mala situación económica y laboral de una población que continúa sufriendo, y mucho, las consecuencias del confinamiento y del parón de la economía. Llega pues el momento de volver a poner en marcha el motor y seguir arrimando el hombro para que todo funcione, eso sí, con las debidas precauciones ante una amenaza sanitaria que todavía no se he extinguido y que mantiene al país en un precario equilibrio.
