Es noticia en Cuenca: Noheda Motor Fútbol Quesos Triatlón Balonmano Campus de Fútbol

A vueltas con La Fuensanta

Otro año más, la ubicación de los conciertos de San Julián en el Estadio de La Fuensanta ocupa un lugar preeminente en la actualidad provincial. Vuelven a reiterarse, por varias bandas, las mismas retahílas del año pasado, relacionadas con los daños que se pueden causar, las molestias a los ingresados en el Hospital “Virgen de la Luz” y con la posibilidad de que no se puedan utilizar las instalaciones en el comienzo de la liga en Segunda Federación porque el césped puede quedar impracticable. Este año, además, se suma a la polémica la amenaza formulada por la Junta Gestora de la Unión Balompédica Conquense en el sentido de no inscribir al equipo en la categoría recién lograda y dimitir en bloque para que sea el ayuntamiento el que se haga cargo.  Quizá olvida la gestora que el complejo deportivo es propiedad municipal y que el Consistorio es donde se decide cómo se usa, sean o no sean acertadas sus decisiones.  Poner un plazo para hacer efectivas las amenazas no hace sino agravar el problema, porque ya hemos oído al alcalde apuntar que no está dispuesto a aceptar chantajes de una entidad que tienen cuantiosas deudas con las arcas municipales y que podría incluso no disponer de dinero suficiente para inscribir al equipo la temporada que viene.

   En una cuestión como ésta no es conveniente polarizar las posturas sino más bien buscar soluciones que satisfagan a las partes. Tampoco es de recibo hacer de ella un arma política arrojadiza, como se ha apresurado a hacer el PP, acostumbrado a aprovechar cualquier resquicio para atacar al alcalde y a su equipo de Gobierno sin aportar soluciones. No resulta extraño que Darío Dolz haya recordado que un emplazamiento adecuado para los conciertos podría haber estado en unos terrenos de Renfe que no se pueden utilizar, de momento, por la paralización judicial apoyada por los populares.  Más adecuada parece la posición de Cuenca en Marcha, que propone la posibilidad de negociar para que las actuaciones se lleven a la plaza de toros, que ya ha acogido muchas en otros tiempos y con buenos resultados.  Habría que recordar también que existen fórmulas para proteger los terrenos de juego, como se hace habitualmente en otros muchos estadios aquí y en el extranjero, y que se podría exigir a los promotores de los conciertos un compromiso vinculante para la reparación rápida de los daños que podrían ocasionarse.

   En cualquier caso, resulta evidente que hay que buscar salidas al problema, y hacerlo a corto plazo, porque cada año van a llover sobre mojado las mismas aguas.  No vale pensar que la futura ciudad deportiva en El Terminillo sea la panacea, porque nos encontraríamos con más de lo mismo: actuaciones multitudinarias sobre terrenos de juego... A no ser, claro está, que los proyectos incluyeran espacios adecuados para este tipo de eventos.  Tampoco hay que confiar en que la plaza de toros sea escenario adecuado, porque se necesitan aforos más amplios para hacer rentables eventos de calidad que prestigien la ciudad. En la búsqueda de un espacio permanente y específico radicaría a nuestro entender la solución definitiva: que entre los principales proyectos municipales a futuro inmediato se incluya un “conciertódromo”, o como lo queramos llamar, algo que ya distingue a las capitales modernas, algo que no haga desvestir a un santo para vestir a otro. No es descabellada la idea, si tenemos en cuenta que a través de iniciativas público/privadas bien ponderadas y con subvenciones pueden alcanzarse altos niveles de operatividad en muchas áreas. En este sentido, permítannos acudir una vez más a la sabiduría popular: “a escote nada es caro”.