La vida de tres cunetas
Mi padre tuvo un jardín
de amarillo y encarnado
con ese matiz morado
donde se encontró feliz.
Pronto es catorce de Abril,
la libertad se divisa,
soplando una suave brisa
adornada de carmín.
¿Qué pudo ver aquel padre
en colores tan distintos?
Quizá valores extintos
heredados de su madre.
Bandera que por mi huerto,
va transmitiendo el calor
de una vida “tricolor”
para honrar a nuestros muertos.
Y, cuando la tarde, el lila
va con el rojo, paseando,
con el amarillo andando
forman una hermosa fila.
La aurora toca a su fin,
alumbrando la mañana.
Cuando la gente se hermana
en un catorce de Abril.
El olmo, con sus retoños,
pinta los montes sombríos.
cuando ya termina el frío
y va expirando el otoño.
Ya las cunetas resuenan
hartas de tanto dolor.
no brilla la “tricolor”
ya solo brilla ¡¡la pena!!