Un valor a potenciar

Entre la riqueza patrimonial conocida de nuestra provincia sobresale sin duda la representada por los yacimientos arqueológicos, especialmente, aunque no sólo, de la época romana, que puntean su territorio. A los tradicionales de Segóbriga, Ercávica y Valeria se ha venido a sumar en los últimos tiempos –recibiendo además una especial atención, fuera ya del campo de los especialistas, de los medios generalistas de comunicación– la monumental villa romana de Noheda, enclave cuya importancia, más allá incluso de la del espléndido mosaico figurativo, uno de los más espectaculares de cuantos de ese tiempo se conservan en Europa, que pavimenta su triabsado triclinio, no deja de aumentar a medida que los investigadores avanzan en su estudio y van sacando a la luz la totalidad de sus edificios e instalaciones, incluidas las magníficas termas con que contaba, confirmando a cada nuevo descubrimiento su consideración como uno de los grandes tesoros arqueológicos de todo el Mediterráneo Occidental. Su existencia y su paulatina puesta a disposición –más allá de su condición de fuente de conocimiento para historiadores y arqueólogos– del público constituye sin duda una posibilidad turística y por ende económica impagable que ya ha empezado a apuntarse con el interés que han suscitado las recientemente puestas en marcha visitas regladas, un interés que sin duda irá aumentando a medida no sólo que avancen los trabajos de los investigadores sino la realización, en la medida que la economía vaya permitiéndolo, de las en principio ya previstas estructuras que, junto a la ya realizada, no sólo protejan su riqueza sino que permitan la ampliación de su oferta visitacional. Es por ello una más que buena noticia la de ese acuerdo esta misma semana tomado por la Diputación provincial para destinar un millón de euros de los remanentes del presupuesto de 2018 para, precisamente, avanzar en las obras de musealización de las citadas termas de la villa, unos trabajos que, según se ha avanzado, incluirán asimismo la habilitación de un aparcamiento que facilite un mejor acceso de un yacimiento cuya ubicación tan cercana a Cuenca capital parece añadir un más que favorable elemento para su potenciación turística, una potenciación que sin duda debería contribuir de manera preferente a favorecer la economía –ojalá tanto instituciones como una posible iniciativa privada llegaran a aunar esfuerzos e interés para ello– tanto del municipio, Villar de Domingo García, al que pertenece como de la propia pequeña pedanía en que se ubica.