Tubería Manchega, por fin
La inauguración del Sistema de Abastecimiento de la Tubería Manchega es a todas luces un hecho histórico, a pesar de los patéticos intentos de la oposición por empañar un acontecimiento que va a suponer un antes y un después en el suministro de agua para cientos de miles de castellanomanchegos. Una oposición, por cierto, que suspendió el proyecto y permitió que éste estuviera cerca de una década parado, a pesar de que era prioritaria su construcción en una zona tan seca como la manchega. Es muy triste que el PP aluda a una vieja denuncia de los usuarios de pozos del sistema Rus-Valdelobos para tratar de quitar importancia a una infraestructura a cuya adhesión han firmado alcaldes de su propio partido muy contentos de poder ofrecer con garantías a sus vecinos un recurso vital. Una denuncia sobre la que no se han pronunciado aún las instancias judiciales y que podría quedarse, como muchas otras, en agua de borrajas. Sembrar dudas infundadas sobre una iniciativa que va a mejorar la calidad de vida en muchas áreas de la región no hace sino demostrar la escasa visión política de algunos dirigentes populares.
Dejando aparte la discusión política, es indudable que la tubería manchega va a modificar muchas cosas en amplias zonas de nuestro territorio. A priori, el hecho de que en muchos municipios ya no sea necesario extraer agua del subsuelo para beber indica que habrá en los acuíferos afectados más caudal para poder regar y ello redundará en una mejora de la agricultura y, por ende, de la economía en muchos pueblos. A ello se une el que ya no serán necesarios los camiones- cisterna para abastecer los depósitos maltrechos en tiempos de sequía, porque el agua del trasvase ya no llegará sólo al Levante sino también, en calidad y cantidad suficiente, a los grifos de muchos castellanomanchegos. Todo parece indicar que se acabaron los racionamientos, la compra de agua mineral y las duchas con barro. Y no sólo eso, habrá también suministro hídrico para las empresas que pretendan ubicarse en nuestros pueblos. Porque tener agua garantizada generará atracción para diferentes proyectos empresariales.
En otro plano, el poder utilizar por fin el agua del trasvase para beneficio propio de Castilla-La Mancha es un triunfo moral para todos los castellano-manchegos sobre todo para aquéllos que veían con impotencia como su agua bajaba por un canal a tierras ajenas . Supone también ascender peldaños para situar a nuestros vecinos a la misma altura que muchos hijos del Levante, hasta ahora beneficiados por derivaciones de agua evidentemente injustas. No obstante, será necesario modificar las reglas del acueducto porque, al sumarse nuevas demandas de agua, se acentúan los peligros de sobrexplotación de la cabecera y para el mantenimiento de los obligatorios caudales ecológicos del Tajo y sus afluentes. Se tendrán que unir nuevas voces a la Comisión de Explotación, con voz y con voto, y no hay nada más sano y mejor que tener capacidad de decisión o de veto en un organismo que hasta ahora no había beneficiado en absoluto a los municipios ribereños de Entrepeñas y Buendía, antes al contrario. Felicitémonos todos pues por la apertura de la tubería manchega, porque de ella van a depender muchos nuevos proyectos de vida y porque en una región tan despoblada como la nuestra donde hay vida hay esperanza.
