Transporte urbano
Los usuarios del transporte urbano de la capital conquense aumentaron un 2,7 por ciento durante el primer cuatrimestre del año con respecto al mismo periodo de 2017, según los datos ofrecidos esta misma semana por el Ayuntamiento.
No es que sea un incremento muy grande, pero nos alegramos de que se haya producido. Esto demuestra, entre otras cosas, la utilidad del servicio de transporte público, porque, aunque es cierto que quizá siga sin ser todo lo aprovechado que debería ser, el hecho de que en solo cuatro meses se realizaran 353.000 viajes a través de las distintas líneas es un dato a tener muy en cuenta.
La mala noticia es que, según confirma el concejal de Servicios a la Ciudadanía, Pedro J. García Hidalgo, el equipo municipal no tiene ninguna intención de reestructurar el servicio salvo para recortarlo durante los meses de verano. El argumento es el de siempre: que el contrato que se firmó en la pasada legislatura prevé un presupuesto de 400.000 euros que no se puede aumentar. Ni siquiera en un 10 por ciento como al principio se pensó al haberse aprobado una nueva ley de contratos que endurece la anterior.
Pero lo que es innegable es que el servicio actual es muy mejorable, y que hay ajustes que deberían hacerse para ofrecer un servicio mejor a la ciudad. Sobre todo los fines de semana, que son los días de mayor afluencia al Casco Antiguo y la frecuencia de las líneas 1 y 2 no es cada media hora, como entre semana, sino cada hora. Si no se ponen los tan demandados autobuses-lanzadera, al menos estos dos autobuses deberían mantener su frecuencia habitual. Máxime teniendo además en cuenta que la línea 1 enlaza a su vez con la estación del AVE. Y que no es de recibo que quien llega a Cuenca en Alta Velocidad tras haber pagado un alto precio por el billete tenga que esperar 55 minutos para poder coger el autobús. Una situación real, que hay vecinos que nos aseguran haber padecido recientemente, y que hace que se tarde menos en viajar de Madrid a Cuenca o viceversa que de la estación del AVE a nuestra casa.
También, debería buscarse una solución para comunicar el autobús con la residencia de mayores Las Hoces, al menos con un viaje al día o en determinados días de la semana. Y que los vehículos ascendieran y descendieran por las empinadas cuestas de San Cosme y San Damián, porque los vecinos de Fuente del Oro, muchos mayores, se merecen un respeto.
Es verdad que, aunque el servicio se mejorara, seguiría habiendo gente que no lo utilizara y prefiriera hacer uso del coche privado, con la contaminación y el gasto que ello genera. Pero por todas esas personas que, concienciadas con el medio ambiente o que simplemente no tienen coche, necesitan del autobús para sus desplazamientos cotidianos, el Ayuntamiento debería plantear alguna solución. No basta con decir que no hay dinero.
