Tina Turner o la fuerza del sino

Al enterarme de la muerte de Tina Turner, de inmediato ha aparecido en mi mente el título de este artículo, en claro recuerdo al casi homónimo Don Álvaro o la fuerza del sino, conocida obra de teatro del Duque de Rivas, ejemplo romántico de la época porque todo acaba como debe ser: muriendo hasta el apuntador.

Es obvio que Tina nada tenía que ver con don Álvaro, pero sí con la fuerza hacia un destino que pintaba muy mal para ella y sus hijos (gracias a su esposo Ike, tan buen músico como perverso maltratador) se empeñó, una y otra vez, en cambiarlo a fuerza de soportar golpes de todo tipo, superar toda clase de adversidades y lograr ser una de las cantantes más famosas en muchos años de exitosa carrera.

Tina fue tanto como mujer como cantante y bailarina, un torbellino arrollador que animaba a “la marcha” a todo el personal que la viera, por muy falto de ganas que estuviera en esos momentos, porque la energía que transmitía llegaba a un público, con independencia de que tuviera la suerte de estar viéndola en directo o a través de una pantalla, aunque fuese tan pequeña como la de un teléfono móvil.

Se ha ido Tina, pero su legado continúa, y a semejanza de lo que sucedió con el drama ya referido, al convertirse en una ópera de la mano de Guiseppe Verdi en La forza del destino, les animo a ver el musical que da un repaso a su vida, destacando, como dice la presentación de la misma “desafiar los límites del racismo, el sexismo y la discriminación por su edad, para convertirse en la reina mundial del rock and roll”.

Además, ha sido el modelo a seguir de muchas grandes figuras de la música que han seguido su estela y, como muestra, traigo a colación las palabras que Beyoncé ha escrito en su página web, al conocer el fallecimiento de la estrella; “Estoy muy agradecida por tu i inspiración y por todas las formas en las que has allanado el camino. Eres fuerza y resistencia”.

Para terminar con mi particular homenaje a Tina, les voy a comentar que siempre me acuerdo de ella cuando en cualquier restaurante oigo la palabra brownie, referida al conocido dulce de chocolate, por lo bajinis me pongo a cantar: “Brownie, brownie, brownie on de river”. ¡Hasta siempre, Tina!