"El quinto jinete"
Esta fue la 1.-OXÍGENO. Una imagen nos impactó profundamente hace unos días. Procedía de un informativo de una televisión ecuatoriana. Dos hombres transportaban con prisa una bombona de oxígeno medicinal a casa de un enfermo de covid, informaba el periodista. Afectados sus pulmones lo necesitaba para evitar el ahogamiento que produce la neumonía. Supimos que el contenido duraría cuatro horas y que su precio era superior a los 74 dólares.
Y surgieron las primeras preguntas: ¿Y después?
Sin hospitales adecuadamente equipados para todos, hay países en los que la enfermedad causa especiales sufrimientos y mengua la esperanza de recuperación y las expectativas de supervivencia.
¿Y los porteadores de la bombona llegarán a vacunarse cuando todavía alberguen la esperanza que es lo último que se pierde?
2.- FARMACÉUTICAS. En un alarde de eficiencia por la aportación de inversiones de cuantías mareantes, varios laboratorios y empresas farmacéuticas han colocado en el “mercado”, en tiempo record, nuevas vacunas para inmunizarnos. Sobre el papel podemos elegir entre las producidas en distintos territorios, diferentes técnicas de inmunización y gran variedad de precios. Cada país ha desarrollado su estrategia contando con múltiple factores que le garanticen la consecución de la llamada inmunidad de grupo.
Pero este estado de mundo feliz que se percibe en los despachos se da de bruces con la cruda realidad que se vive en las calles. Muchos países están, hoy por hoy, fuera de la foto de familia. Ni tienen sistemas sanitarios adecuados para curar, ni la vacuna ha llegado, ni se sabe cuándo llegará, ni cómo podrá pagarse.
Y esta nueva muestra de desigualdad global nos afecta a todos pues sabemos que pandemia significa “enfermedad infecciosa que ataca al mismo tiempo a un gran número de personas y que afecta a muy amplias extensiones de la Tierra”. En esta ocasión puede decirse que está afectando a todo el planeta. Y si el grupo de afectados somos potencialmente todos, la inmunidad de grupo solo se alcanzará cuando un alto porcentaje de TODOS hayamos sido vacunados.
¿Quiere esto decir que solo la igualdad de trato ante la vacuna nos permitirá alcanzar la ansiada victoria sobre el virus?¿Pero se alcanzará esa utopía con la gran variedad de ejércitos con los que ahora contamos?
Ejércitos bien armados de los países ricos en los que junto a los comprometidos y solidarios abundan también los desertores de la preocupación general, desobedientes de las órdenes del mando, ignorantes o malintencionados, denostadores de la igualdad que imponen sus intereses particulares al interés general.
Ejércitos de los países pobres a los que la miseria conduce a la derrota si otros no les proveen de las armas que necesitan.
Lo cierto es que la desigualdad ha crecido hasta convertirse hoy en el quinto jinete de este nuevo Apocalipsis.
¿De verdad pensamos que habrá vacunas para TODOS?
Inspirados en un brillante artículo de Manuel Rivas terminamos con la siguiente reflexión.
3.- LA MANO INVISIBLE.
Adam Smith, filósofo precursor del liberalismo, postuló que el Mercado sería la mano invisible que, sin interferencia política, regularía de modo eficaz, equilibradamente, la actividad económica. Hombre con profundas convicciones éticas, elaboró su teoría amparado en la creencia de que la empatía (capacidad para compartir el dolor ajeno) sería un colosal motor para frenar el egoísmo. Pero hoy el PIB no entiende de dolores, no atiende a las voces del sufrimiento de los débiles.
Christian Feber, profesor de economía de la Universidad de Viena ha propuesto sustituir el PIB como índice del crecimiento por el BBC (Balance del Bien Común. Del bienestar compartido) que se configuraría como un conjunto de valores que permitiría poner en evidencia, en un ejercicio de “realidad inteligente”, las brechas profundas que nos separan de modo en apariencia insalvable. Una nueva formulación de la utopía. Queda dicho.
