Nunca desperdicies una crisis

Vaya por delante que la aseveración que por titular encabeza hoy estas líneas no es del provinciano articulista que las firma sino de alguien infinitamente más capacitado y solvente para emitirla: el presidente de la Conferencia de Seguridad de Múnich (la cita que cada año congrega a jefes de Estado, ministros y expertos internacionales para abordar los principales asuntos mundiales) Wolfgang Ischinger. Porque, como en más que interesante entrevista periodística acaba de recordarnos, “una crisis está ahí para construir cosas nuevas”. Ojalá que, siendo más que comprensible, desde luego, que la urgencia del duro ahora mismo de estos días en la lucha contra la cruda realidad de la que ya todos consideramos que es, sin ambages, la segunda ola de la Covid 19, parezca borrar de nuestro más inmediato horizonte todo otro asunto, tengamos sin embargo presente -incluso cara a esa propia pelea a brazo partido por nuestra salud y especialmente a nuestra imprescindible paralela lid por la recuperación económica- la tantas veces comprobada veracidad de tal afirmación. En un momento en el que, como también nos recuerda el propio Ischinger, con Estados Unidos en franca renuncia a ese papel de poderoso papá protector de occidente al que nos habíamos acostumbrado, con unas Naciones Unidas que distan mucho de alcanzar en la realidad de su acción sus objetivos fundacionales, el cada vez más tenso enfrentamiento geopolítico chino-usa y la desafiante postura en la agenda internacional de la Rusia de Putin, bien evidente resulta que todo ello nos invita a los europeos a una absolutamente necesaria, absolutamente fundamental mutación de nuestras políticas en un despertar en el que, por supuesto, bien alerta debemos estar los españolitos a participar. Porque, tornando de nuevo a las aseveraciones del diplomático germano, nunca hay, en efecto, que desperdiciar una crisis porque “una crisis está ahí para construir cosas nuevas”. Una crisis, además, para la que precisamente nosotros, los europeos, estamos probablemente mejor preparados que muchos otros dado que somos una de las pocas regiones del mundo que hoy por hoy poseemos, funcionando mejor o peor pero funcionando, un organismo supranacional para plantar cara a problemas que a nivel puramente estatal nos resulta imposible afrontar. Todo un desafío pero también -perdónenme la machacona insistencia- una oportunidad única para que nuestro país aborde de veras y en serio una reindustrialización inteligente que nos despoje de esa economía de baja productividad que ha sido nuestro lastre, como muy bien apuntaban no hace tampoco tanto el economista Andreu Mas-Colell y el presidente de Tecnalia Emiliano López Atxurra en excelente artículo publicado en el diario El País - https://elpais.com/opinion/2020-07-14/la-oportunidad-de-una-apuesta-industrial.html- cuya lectura, por contenido y claridad expositiva, no dudo en recomendarles vivamente en el momento de poner punto final a estas líneas.