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   adie es capaz de conocer qué va a pasar en el futuro, pero sí que podemos hacernos alguna idea de lo que sucederá si disponemos de pistas suficientes. Es lo que ocurre cada vez que se publican los Presupuestos Generales de una comunidad autónoma. Son como una especie de fotografía del porvenir. Puede que algunas veces salga movida y no refleje con precisión la realidad, pero es el principal instrumento del que disponemos para tener atisbos a priori de lo que será una inminente acción de gobierno. Para quienes tienen el poder, las partidas presupuestarias serán la columna vertebral de su gestión; para la oposición un argumento de peso de cara a intentar desgastar a sus adversarios políticos y decantar el voto a su favor. En la valoración de unas cuentas generales casi nunca ha habido consenso, ni lo habrá acerca de su idoneidad, para unos serán realistas, para otros una quimera. Tal es su sumisión a las ideologías.

Valoraciones subjetivas aparte, hemos sabido esta semana que el Gobierno de Castilla-La Mancha va a destinar en 2026 más de 66 millones de euros a inversiones directas en nuestra provincia, una cantidad apreciable, sobre todo si tenemos en cuenta que, según arguye el Ejecutivo regional, hace 10 años no se llegó a los 12 millones de euros. No se puede negar que la evolución ha sido exponencial y ello se nota en muchos de los proyectos que en ese tiempo han mejorado las infraestructuras y la calidad de vida de los ciudadanos en la provincia, con especial atención a la Educación, la Sanidad y los Servicios Sociales, también a la lucha contra la despoblación. Desde la óptica de la oposición el dinero habrá sido escaso en todo este tiempo, Cuenca apenas habrá crecido en una década y los Presupuestos para 2026 serán irreales, insuficientes y demasiado optimistas. Nada nuevo bajo el sol. Mande quien mande, siempre será el ciudadano quien tenga que valorar los esfuerzos realizados por unos y otros en su justa medida, si es que eso es posible en una sociedad tan polarizada como la que nos toca vivir. Y sin duda, el ciudadano de bien no podrá negar que el dinero de los impuestos está siendo bien empleado ni afirmar, como algunos declaran, que estamos sumidos en el inmovilismo institucional.

Las cuentas del año que viene apuntalan proyectos importantes en nuestro territorio. Más de una tercera parte del dinero se centrará en el Bienestar Social, con inversiones en 10 centros sanitarios, en al menos cinco centros educativos, incluido el deseado colegio de Las Pedroñeras, y mejora de la atención a las personas mayores y los discapacitados. No se van a descuidar las inversiones en Fomento, para financiar acciones importantes en El Terminillo, el Plan X Cuenca o los remontes al Casco Antiguo de la capital. Y habrá dinero también para el desarrollo sostenible y la agricultura. En este área, destacan las partidas para trabajos preventivos contra incendios en nuestros espacios naturales. En materia cultural también se destinarán fondos a los parques arqueológicos, al MUPA y a otros espacios. Los Presupuestos regionales para 2026 garantizan la continuidad de políticas que van a significar más desarrollo para la provincia. En definitiva, lo que está en juego no son solo números, sino la capacidad de que esos millones se traduzcan en futuro. real para Cuenca.