Una labor impagable

La aparición estas últimas fechas en las librerías de la undécima entrega –“El Bajo Júcar” – de su serie “Tierras de Cuenca” ha venido a ratificar una vez más tanto la condición de mejor divulgador de la realidad geográfica, patrimonial y turística en nuestros días de nuestra  provincia como –más importante aun si cabe– la mantenida y decisiva importancia a lo largo de su dilatado pluriquehacer como periodista, escritor, editor, creador e impulsor de publicaciones y gestor cultural de José Luis Muñoz Ramírez. Integrante en su día de la plantilla del histórico Diario de Cuenca, del que llegó a ser redactor jefe, cofundador, director y editor de revistas tan significativas en la historia del periodismo conquense contemporáneo como El Banzo y Olcades, director asimismo de Gaceta Conquense, de Ciudad de Cuenca y del periódico de información municipal La Ciudad, articulista habitual en los medios impresos provinciales, corresponsal de medios estatales como Europa Press, El País o Televisión Española y colaborador de Radio Nacional, Muñoz ha unido a tan extensa e intensa trayectoria profesional como informador y comentarista sus también desempeñadas durante distintos periodos funciones como regidor del Teatro Auditorio y de la Fundación de Cultura Ciudad de Cuenca o su trabajo como coordinador de varias ediciones de la Feria del Libro, todo ello  codo a codo con su paralela actividad tanto como escritor –tiene en su haber decenas de títulos bien en solitario bien en colaboración– cuanto como promotor de iniciativas editoriales especialmente centradas en publicaciones y libros de temas y autores conquenses, sin que haya que dar tampoco de mano su asimismo mantenido papel, cinéfilo declarado y más que activo cual es, en la gestión del Cine Club Chaplin, la más veterana de cuantas asociaciones culturales han existido en la agenda cultural y artística de estos nuestros más próximos lares y en la que se ha mantenido, bullidor incansable, desde que en sus mismos orígenes formara parte del grupo que la pusiera en marcha. Una plural, incesante y realmente asombrosa actividad con la que –como ya viniera a reconocer taxativamente el jurado que en 2013 le otorgara el premio Ángel Pérez Saiz– “ha contribuido de forma decisiva a potenciar y enriquecer el patrimonio conquense, tanto de la capital como de la provincia”. Una labor, en fin, impagable al servicio de la cultura conquense contemporánea que ni ha cesado ni va –quienes le conocemos bien estamos más que seguros de ello– a cesar. Como inmediata prueba del aserto ahí está ya ese su anuncio de la aparición en la próxima primavera de un nuevo título compañero del ahora editado que, dedicado a “La Mancha Señorial”, proseguirá la serie camino de esos dieciocho volúmenes que configuran su planificado objetivo final.