Kufiyas y kipás
La mayoría de analistas coinciden en que el núcleo del conflicto entre israelíes y palestinos es principalmente territorial y nacionalista, no religioso. Las negociaciones de paz históricas se han centrado en divisiones territoriales, fronteras y soberanía, no en teología, dicen. Ahora bien,¿qué hubiera sucedido si en 1947 los palestinos árabes hubieran sido judíos?
El conflicto tal como lo conocemos probablemente no existiría. La Declaración Balfour y la inmigración judía no se habrían visto como una "invasión" de un grupo nacional extranjero, sino como una reunificación o como una inmigración masiva dentro de un mismo grupo. La idea de dividir la tierra (el Plan de Partición de la ONU de 1947) no habría sido necesaria, o quizá se pareciera a la de nuestras CCAA. No sería una frontera entre dos naciones enemigas. Lo más probable es que el tiempo hubiera acabado soldando un único estado.
Sí, probablemente habrían surgido otros conflictos. Los judíos ashkenazíes (europeos) tendrían problemas para identificarse plenamente con los judíos mizrajíes/sefardíes (nativos del Medio Oriente), tal y como de hecho sucedió con estas comunidades en sus primeros años. Los habría habido (conflictos, y los hubo) también por la distribución de recursos, tierras y poder entre la ola de inmigrantes y la población que venía a establecerse. Y habría, y aún hoy en Israel existe, una dura polémica entre sectores laicos y ultraortodoxos sobre el papel de la religión en el estado. Con el tiempo, ambos grupos, compartiendo identidad religiosa y nacional, habrían ido anulando la lógica misma del enfrentamiento. La historia no hubiera seguido el mismo camino sangriento y traumático.
España (1492), los Reyes Católicos emiten el Edicto de Granada, que obligaba a los judíos a convertirse al cristianismo o a abandonar los reinos de Castilla y Aragón. Fue… un acto de limpieza religiosa para lograr la unidad nacional bajo una sola fe. Los conceptos de Derechos Humanos, la autodeterminación de los pueblos y el Derecho Internacional Humanitario no existían, conceptos que nacían precisamente durante la creación de Israel al calor a su vez del colonialismo europeo, el Holocausto y la triste evolución de la Guerra Fría. El objetivo de los Reyes Católicos era que los "otros" se fueran. Una vez se fueron, el conflicto terminó para el Estado español.
Ya saben que me gusta que pensemos juntos ¿Qué hubiera pasado si Israel, emulando a los reyes católicos, hubiera pedido a los palestinos que se convirtieran al judaísmo? Bueno, parece que en Israel la analogía se quedaría corta: sería como si, después de la expulsión, los Reyes Católicos hubieran gobernado durante décadas las tierras de los judíos expulsados, permitiendo incluso que cristianos se establecieran allí (Gaza y Cisjordania) mientras los judíos (en este caso los palestinos) vivían bajo leyes discriminatorias.
Me dirán, con razón, que el sionismo, en su origen, fue predominantemente un movimiento nacional secular. Theodor Herzl, imaginó un estado-nación para el pueblo judío, no un estado teocrático. Además, la idea de obligar a alguien a convertirse no está en la caja de herramientas teológicas judía. El Israel de 2025 no es el Israel secular de David Ben-Gurión de 1948. Los partidos ultraortodoxos y nacionalistas, pilares del gobierno de Netanyahu, sí fusionan el nacionalismo étnico con una visión mesiánica y religiosa. La conversión dice "deja de ser quien eres y conviértete en uno de los nuestros". La violencia genocida dice "no queremos ni que seas uno de los nuestros; queremos que dejes de existir como grupo". Saquen conclusiones.Lo diré una vez más, y las que hagan falta. En un momento histórico de avances tecnológicos y científicos sin precedentes, las narrativas supersticiosas, tribales, de identidad y de fe, siguen siendo el combustible de conflictos inhumanos. La esperanza, si se la quieren transmitir a sus hijos, reside en la denuncia pública de las atrocidades que el Gobierno de Israel está perpetrando en Gaza, está en la defensa y promoción del derecho internacional, en la confianza en una futura ONU realmente democrática (sin Veto y laica). Está en la unión y el apoyo a las ONG, como representantes del ciudadano no polar y humanista, y está también en la lectura contrastada de la historia y de la prensa libre.
Se dice, se dijo, que África no saldría de su letargo en tanto no superase su impulso tribal, ese que busca la seguridad de los míos en la dominación y aniquilación de los que no lo son. La democracia superó la simplicidad infantil de ese silogismo a través del derecho, el contrato social y esa compasión social que construye la fraternidad. Volver atrás no es el camino. La ciencia ofrece una forma de pensar no basada en creencias y sirve para kufiyas y kipás. La ciencia es fiable y pacífica porque acomete problemas complejos a través del pensamiento crítico y con el diálogo elabora certezas que, curiosamente, resultan útiles para todos los colores.