Kaizen

En mi vida profesional ha sido una constante la utilización de la mejora continua en los procesos de gestión, como filosofía para obtener el mayor logro posible en los objetivos que se hayan determinado previamente. Esta filosofía proviene del Kaizen japonés, que significa “bueno y “cambio” y que se refiere a las pequeñas pero constantes mejoras, que se van acumulando beneficios a largo plazo.

Pero ese sistema no solo es válido para la gestión empresarial, sino que también es beneficioso si lo sabemos aplicar a nuestra vida personal, unido a otros hábitos, así mismos practicados en Japón, que he leído en una publicación y les traigo a colación, por si a alguno de ustedes les parece bien el empezar a utilizarlos:

Wabi-sabi: consiste en aceptar la imperfección, tanto la tuya propia como la del entorno, asumiendo que nada es duradero y que todo cambia y se transforma. Este concepto también valora que los defectos o anomalías tienen su parte de belleza y que merece la pena buscarla.

Gaman: afrontar los momentos difíciles con dignidad, con madurez emocional y autocontrol. Para ello es fundamental tener paciencia, ser tolerante y buscar la perseverancia.

Oubaitori: se basa en no juzgarte por el ritmo que te lleva conseguir tus objetivos, es decir, quiere evitar compararse con los demás, teniendo claro que cada persona se desarrolla de manera diferente

Omoiyari: sé considerado y compasivo con los demás y preocúpate por las personas que te rodean. Esto hará que tu vida y, por ende, la de los demás, sea mucho mejor.

Mottainai: este concepto afirma que todo merece respeto y gratitud. Además, plantea el no ser derrochador, no solo con el dinero sino también con tu esfuerzo y tu energía. La idea es no menospreciar nada de lo que te rodea.

Kintsugi: se basa en aprender a vivir con las imperfecciones y considerarlas como algo hermoso y bello.

Shikata ga nai: las cosas no siempre están bajo control, así que aprende a aceptarlo y a asumir que, igual que vienen, se van. Consiste en aceptar que no se puede cambiar todo para seguir adelante.

Ikigai: conoce tu razón de ser y la razón por la que te levantas por la mañana. Encuentra lo que se te da bien, profesionalmente hablando, y trabaja en ello y elige un trabajo que el mundo necesite.

Yuugen: Aprecia la belleza extraña y misteriosa porque hay belleza más allá de lo que tus ojos ven. Siente lo que las palabras no puedan describir.

Me parece oportuno subrayar que lo más importante en aplicar la filosofía de la mejora continua en nuestra conducta es que sea realista, factible, viable y útil, en aras de llegar al destino que nos hemos propuesto; debiendo mentalizarnos en que no siempre se podrá lograr, pero con el absoluto convencimiento de que no lo conseguiremos jamás si no empezamos a caminar.