No hay Zara
«El BOE publica el protocolo del proyecto de movilidad y transformación urbana de Cuenca». Es solo el siguiente paso. El destino de esta tragedia clásica está escrito y es inevitable. El músculo se pierde en algunos micrófonos, retuits y demás vaguedades. Es fácil sacar las cosas adelante cuando todos están de acuerdo. Ya no podremos decir aquello que tanto gusta en la ciudad de: «En Cuenca es que no hay ná, no hay ni Zara».
Y no es que hayan abierto en nuestra ciudad una tienda de esta fabulosa marca; sino que, cualquiera se acuerda del Zara, no teniendo ni tren. ¿Hay alguna otra capital de provincia a la que no llegue el tren? Realmente no lo sé y me da miedo saberlo. ¿Quizás Teruel? Lo justo, eso sí, es sustituir el tren de gasoil por el autocar, pero obligatoriamente, por favor, de gasoil. Transporte ecológico, sostenible y barato.
Cuando pasan estas cosas, siempre me pregunto quién va a ganar algo con esto. Quizás el recuerdo. Porque seguro que dentro de unos años, no muchos, el tren pase a ser una de esas cosas que se evocan con añoranza: «¿Te acuerdas cuando en Cuenca había tren?». Seguro que se os ocurren unas cuantas evocaciones parecidas a esta. En fin, presumamos, mientras podamos, de que en Cuenca no hay Zara.