Cuenca, turismo de fin de semana
Que Cuenca es una ciudad atractiva para el turismo es una obviedad. Monumental, artística y cultural, tiene todos los ingredientes necesarios para que los turistas nacionales o extranjeros pasen unos días agradables entre los conquenses. Todo sería ideal si además el Ayuntamiento se tomara en serio este asunto.
El pasado fin de semana, uno de los largos, de los que casi se puede considerar puente y con la temperatura otoñal muy agradable, Cuenca se volvió a llenar de visitantes. Qué pena que quien tiene la responsabilidad de proyectar nuestra ciudad parece que hace lo posible por ofrecer la peor imagen. E incluso cuando se producen eventos que puedan atraer a un buen número de visitantes se empeñan en discutir los datos y parece que les molesta que se proyecten cosas en nuestra ciudad y que la sitúen en un plano importante del panorama cultural internacional.
Convertir el Casco en un recinto controlado por múltiples cámaras de dudosa efectividad técnica no ha resuelto el problema del tráfico en la zona; y si además añadimos que el funcionamiento del transporte público urbano es muy deficiente como consecuencia de los recortes horarios y de frecuencia impuestos por el Consistorio hace que lo de llegar desde el centro urbano, donde por cierto se concentran el mayor número de plazas hoteleras que se ofrecen a los visitantes, se convierta en una auténtica odisea. Hasta 35 minutos tuvieron que soportar de espera de un autobús un numeroso grupo de turistas a los que acompañaban algunos vecinos de la zona alta que pretendían llegar a sus casas, todo ello después de ver pasar otro autobús que ni siquiera hizo intención de parar en los puntos dispuestos para ello.
Una flota de autobuses que cumplan los requisitos de eficiencia ecológica, con una frecuencia corta de paso y llegada a la zona turística evitaría el tráfico de vehículos particulares de no residentes y cambiaría la imagen que ofrecemos a nuestros visitantes con interminables colas de coches en las inmediaciones de la Plaza Mayor. Si añadimos una limpieza que debería ser impecable y puntos de información turística adecuados en número y ubicación, podríamos convertir Cuenca en una ciudad de especial interés turístico. No obstante parece ser que a pesar de la falta de iniciativa municipal y del conformismo cómplice del sector más beneficiado de las visitas los ingresos en bares, restaurantes y hoteles han sido importantes y esto al final es lo único que se valora… Qué pena.
Dice mi amigo que algunos llevaban el lunes a la entidad bancaria la recaudación en un saco del pan… Quizá exagera.