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Carta a Pablo Iglesias

Vivimos en tiempos de economía global, de gobierno mundial de los poderes mercantiles; esos que, además, no se presentan como candidatos a ningún gobierno territorial.

Si hablamos de Europa, también coincidirás conmigo en que la Sra. Merkel y, al estilo británico, el Sr. Cameron son los auténticos representantes políticos de esa aldea global dominada por los “mercados”. La Grecia gobernada hasta hace poco por Syriza es un ejemplo de que lo que no se puede permitir en este contexto de economía capitalista, especulativa y global, no se permite y –como dice el refrán- además es imposible.

O sea, que quienes no gobiernan, ni falta que les hace, mandan.

También estarás de acuerdo conmigo en que a un gobierno mundial, aunque se camufle en la sombra y enseñe la jeta bajo las caras de Merkel, Cameron u Obama, hay que hacerle un contrapoder con la misma dimensión.

Aunque parezca políticamente inoportuno citar a Marx, hay que rescatarlo para decir que frente a las burguesías vampiras, que campan a sus anchas en el mundo mundial, debemos unirnos –en igualdad de fuerza- los empleados, o desempleados, que somos sus rivales.

Viene a cuento todo esto con la ambigüedad con la que se está pronunciando Podemos en el asunto del “procés constituént”.
Espero que Podemos no caiga en el error en el que cayó y sigue el PSOE: templar gaitas con la derecha burguesa de Cataluña. No son tiempos de fanatismos patrióticos –y menos aún si lo son religiosos como en otros lares -, tampoco lo son de crear fronteras: es tiempo de arramblar con todas.

Los trabajadores catalanes que se han sustraído al rum-rum mediático de la burguesía que siempre les ha gobernado –incluso cuando Maragall o Montilla-, creo que esperan un discurso social, en una Europa sin fronteras. Y los trabajadores españoles esperan el mismo discurso, pero sin concesiones a burgueses patrióticos, sean catalanes, vascos o de cualquier otro territorio en el que se quejen por la “financiació”, que significa, ni más ni menos, insolidaridad.

O Podemos se pronuncia claramente sobre esto, con el mismo discurso en todas partes, o perderá, por asuntos que no le importan, el apoyo fresco que está recibiendo.