"Brújula": Un camino a seguir
Desde los comienzos de los mismo de la configuración de Castilla-La Mancha como realidad autonómica la labor de Alfonso Conzález Calero en la historia de la cultura de y en el territorio que la acabaría conformando ha sido referencia obligada, con independencia de que así conste más o menos en los anales oficialistas. Presente en esa conformación autonómica desde sus mismos inicios su trabajo tanto como periodista cuanto como gestor cultural o como editor -con acciones e iniciativas actuantes ya en la propia etapa preautonómica en un hacer coadyuvante para su final constitución como tal- fue y ha sido la preencia mantenida y eficaz desde la aparición, allá por 1973, de la ya cai mítica revita Añil.
Cuadernos de Castilla-La Mancha, a posterior puesta en marcha, en marzo de 1989, de la editorial Almud -la única de caracter institucional con dedicación especificamente regional- pasando por su etapa en la dirección de la revista Castilla-La Mancha o el mantenimiento del boletín digital "Libros y nombres de Castilla-La Mancha" con el que desde hace años traslada a sus receptores cuanto se publica sobre nuestra región, dentro o fuera de ella, o cuanto sacan a la luz los escritores y artistas en ella nacidos o aposentados.
No viene mal recordarlo ahora cuando acaba de saltar a las librerías uno de sus últimos frutos como esforzado propulsor editorial de temas y autores castellano-manchegos, una antología por él mismo personalmente elaborada del hacer lírico en nuestra región, en la que, bajo el título de Brújula. Poesía de/en Castilla-La Mancha. Cincuenta años; 50 nombres; 50 poemas, y con la que, según el mismo anuncia, vendría a cerrar - ojalá no sea así- una labor en pro de la poesía en nuestra regiónen buena parte recogida durante lo últimos quince años en la propia colección Añil Literaria que ahora coge este nuevo volumen.
Una antología que, premeditamente limitada temporalmente a ese medio siglo que se indica en su título, comienza con quien generalmente es considerado el padre de la poesía manchega, Juan Alcaide, para cerrarse con las poetas María Antonia Ricas y Amparo Ruiz Luján, pasando por nombre tan señeros en el propio panorama no ya castellano-manchego sino nacional como lo de Ángel Crespo, José Corredor Matheos, Eladio Caballero, Félix Grande, Dionisio Cañas, Antonio Martínez Sarrión, Olvido García Valdés, Miguel Casado o Diego Jesús Jiménez, enseña éste una poesía conquense que más que presente en sus páginas: Federico Muelas, Carlos de la Rica, Luis Rius, Elvira Daudet, Enrique Trogal, la propia ya citada Ruiz Luján o -perdonen, si pueden, la autocita- quién firma este artículo.
Puede que, acotado su autor por la limitación en su número -limitación, nos dice el propio González Calero, en el último extremo económica- no estén, realmente no lo están, todos los que son o al menos fueron en el periodo escogido, pero vaya si no son todos los que están (quítenme a mi de la afirmación si les parece que no quiero ser presuntuoso). Una publicación pues más que estimable, buena nueva prueba de ese empeño ya aludido de su impulsor en pro de la cultura de nuestra región en la que han sido más bien escasas este tipo de publicaciones (a vuela memoria recordaría ahora tan solo la de Cien poetas de Castilla-La Mancha de Alfredo Villaverde Gil, Mar Interior de Miguel Casado o Inmaduros de Jesús Maroto junto a otras más específicas de ámbito provincial, algunas de ellas también propiciadas por González Calero). Una Brújula que nos marca por tanto un camino a seguir en pro de la literatura contemporánea castellano-manchega, esa literatura por la que tanto ha hecho y ojalá siga haciendo su esforzado autor.
