Ayudas
Los ciudadanos cuya economía se está viendo gravemente afectada por la pandemia deben saber que no están solos. A pesar de las críticas de algunos partidos políticos que ejercen la oposición, tendentes a crear un clima irrespirable para desgastar a los gobiernos de diferente color político, el goteo de ayudas a los diversos sectores tocados por la crisis no cesa y va en aumento.
A diario los medios de comunicación comprobamos que instituciones como la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, ayuntamientos o la propia Diputación Provincial informan de la concesión de un variopinto conjunto de subvenciones destinadas a atenuar la tormenta económica que está descargando sobre una provincia como la nuestra, eminentemente dedicada al turismo, la hostelería y los servicios. Como muestra valgan las ayudas de entre 2.000 y 10.000 euros que el Ejecutivo regional acaba de implementar para pymes y autónomos, el millón y medio de euros que la institución provincial destina a hosteleros y agentes turísticos o los 150.000 euros que el consistorio de la capital acaba de adjudicar a Cruz Roja para intentar paliar la crisis social de muchas familias conquenses. Amén de otros apoyos a ONGs como Cáritas o el Banco de Alimentos, entre otros. Poco o nada ayudan posiciones políticas que por sistema y consignas nacionales, insisten en el acoso y derribo a cualquier precio.
Entretanto, las cifras de muertos y nuevos contagios por Covid siguen manteniendo la atención mientras continúa en la provincia la campaña de vacunación. Ya se ha avanzado notablemente en la inmunización de los mayores y personal de los centros sociosanitarios. También, más de 2.400 profesionales de la Sanidad han recibido la primera dosis y ya están con la segunda. Cierto es que se han producido algunos retrasos causados por problemas de suministro, pero, en el caso de los sanitarios, se trata de una demora de cinco días para recibir la segunda inyección, demora que, según la Consejería y la propia empresa farmacéutica, no va a influir en la calidad de las vacunas. Mientras tanto, los rastreadores están funcionando a todo gas en nuestra región, según asegura el gobierno el rastreo llega ya al 76% de los contactos de los casos detectados en la comunidad autónoma. Vacunas y rastreadores conforman uno de los binomios clave para reducir los terribles efectos que el coronavirus está provocando en todo el mundo. Responsabilidad personal y apoyo a la sanidad pública forman el otro binomio. Sin estos sumandos, la Covid-19 sería imparable.
Por otro lado, este jueves se “celebró” el Día Mundial contra el cáncer; entrecomillamos el verbo porque en esta enfermedad sólo se pueden celebrar las curaciones o los avances en la investigación del que es otro de los males de nuestro tiempo, un mal que, gracias a los avances en la investigación, cada vez se ve más atenuado. El año pasado se detectaron en nuestra provincia más de 1.300 nuevos casos de cáncer y seguro que otros muchos permanecen solapados porque la saturación del sistema sanitario debido al virus, especialmente la Atención Primaria, está impidiendo la detección precoz y la atención apropiada de otras patologías. Desde aquí nuestra más sincera felicitación a quienes hayan superado esta terrible dolencia y nuestro más ferviente deseo de recuperación a quienes pelean a brazo partido contra ella. Si la investigación es imprescindible para la mejora de la calidad de la vida cotidiana de la humanidad, más lo es para la lucha contra plagas como el cáncer o la Covid-19. Hay que dedicar más recursos a la ciencia, en detrimento de otras actividades que restan vida, porque viendo el pasado reciente, y el nefasto presente, el futuro puede ser aterrador si la naturaleza continúa materializando de la nada enemigos como los que ahora nos mantienen obligados a vivir en un constante campo de batalla.
