Peligro
Todo lugar que se precie, y más de uno que desprecio, tiene sus dimes y diretes; sus retahílas y sainetes; una música, un tonillo, una vocal todavía por descubrir… Y es que, para aquellos sin advocación en las multinacionales, nuestra patria es la lengua y su uso, nuestra identidad. Si estás en una barra y oyes decir con tono seco “un tercio del Mahou”, “una gorda” —las gordas siempre son del Mahou— o, con tono melancólico, “una escayolá”; seguramente estarás junto a alguien de Cuenca. Digo todo esto porque cuando hoy he leído que Mahou San Miguel acabaría el año con pérdidas, me han venido a la cabeza esos años en los que trabajaba en la piscina de mi pueblo y algunos oriundos torcían el hocico si el tercio no era del Mahou. El caso es que esta pérdida viene por dos motivos: Por la caída de ventas en la hostelería y por la responsabilidad de la empresa al no acogerse a ERTE ni plan alguno. La conclusión es clara y doble también. Si Mahou da pérdidas, es que la cosa está muy jodida con lo del Covid. Y es que lo último en cerrar en el pueblo es la iglesia pero, cuidado, lo penúltimo es el bar. Así que, si no queréis beber Cruzcampo, todo el mundo a salvar la Mahou y olvidar la Kitchen, la Cospe y las bragas de la Chelito. Sin miedo, Villarejo tiene copia de seguridad de todas nuestras vidas.