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"Todo son creaciones propias y no hay copias de otros reposteros”

Esta mujer emprendedora tiene en marcha Coralinas Cakes, un negocio de repostería en el que todas sus propuestas están "hechas con cariño y siempre a gusto del consumidor”
"Todo son creaciones propias y no hay copias de otros reposteros”
Cecilia Ávila, Foto: Saúl García
14/03/2021 - Paula Montero

Si hay algo que caracteriza a Cecilia Ávila (Buenos Aires, 1980) es la destreza en la elaboración de recetas dulces y la valentía para crear su propio proyecto, Coralinas Cakes. Esta mujer emprendedora afincada en Cuenca desde 2005 es licenciada en Administración Hotelera y ha convertido su hobby, la repostería, en un proyecto de futuro.

Una iniciativa que augura, sin duda, una prometedora trayectoria porque ya son muchos los conquenses que han deleitado su paladar con una de las tartas personalizadas de Cecilia. Productos que bien podríamos definir como verdaderos monumentos cubiertos de fondant. Y gracias a ellos, Coralinas Cakes no ha parado de crecer, “aunque no esperaba una respuesta tan buena de la gente”, asegura.

A pesar de la pandemia, Cecilia no ha parado de recibir pedidos y es que entre sus clientes ha notado como “la gente festeja más en casa porque, aunque sean solo seis los invitados, hemos aprendido que lo importante es pasar un rato en familia alrededor de una tarta bonita”, dice.

Sus propuestas son “todas personalizadas, hechas con cariño y siempre a gusto del consumidor”, relata. El interior siempre está elaborado a partir de bizcochos de vainilla, chocolate, carrot cake (pastel de zanahoria) o red velvet (terciopelo rojo) ensamblados con rellenos de buttercream (crema de mantequilla), Kit kat o Nocilla, aunque “dependiendo del gusto del consumidor ajustamos los niveles de azúcar”, dice.

En cuanto a la parte creativa del pastel, “todos los detalles y la cobertura de la tarta están hechos con fondant”, una pasta de azúcar que hay que saber manejar con destreza y que normalmente ocupa a Cecilia “unas tres horas de trabajo, a lo que se suma la cocción del bizcocho y la preparación de los rellenos”. No obstante, la tarta también puede estar decorada con otro tipo de coberturas como ganaché o buttercream.

La repostería se ha convertido en el proyecto de futuro de Cecilia Ávila. Una joven emprendedora afincada en Cuenca desde 2005 que elabora tartas, cupcakes, cake pops y galletas totalmente personalizables

Estas dulces obras de arte han sido su carta de presentación en Cuenca pero, el ‘boom’ de su negocio llegó con la pandemia, cuando “las horas de cuarentena con mi hija sin poder salir a la calle se se me hacían eternas”, y pensó que muchas familias podrían encontrarse en su misma situación.

Por este motivo, optó por vender cajas de galletas con temática de Halloween para que sus clientes las pudieran decorar en casa y “pasaran un rato agradable, entretenido y dulce en familia”. Así, los usuarios recibieron un paquete con galletas en forma de calabaza, murciélago o fantasma, cuatro mangas pasteleras con rellenos de colores y sprinkles -decoraciones comestibles-. Más tarde, en el mes de diciembre, repitió la propuesta “alentada por mis clientes, quienes querían decorar galletas de nuevo” pero esta vez con motivos navideños. Y sí, en ambas ocasiones agotó todas las unidades dispuestas para la venta.

La aceptación y el reclamo “fue espectacular” y pasó de tener 40 seguidores en Instagram, “de los que 30 eran familiares y amigos”, reconoce, a ver crecer esa cifra hasta los más de 600 actuales.

Algo que no nos sorprende demasiado porque el de Cecilia es un talento innato pues ha estado ligada al mundo del azúcar desde una edad muy temprana ya que su familia “siempre se ha dedicado al dulce, la panadería o la bollería artesanal de una forma u otra”. De ahí que con tan solo 11 años hiciera su primer curso de pastelería y en la adolescencia continuara practicando “en lugar de preferir ir de fiesta con mis amigos”, confiesa entre risas, y, desde entonces, no ha parado de leer, asistir a formaciones y seguir practicando en casa porque se define como “un alma inquieta con madera de emprendedora”. Aunque, el empujón necesario para poner en marcha Coralinas Cakes fue el debacle económico de 2011, año en el que perdió su anterior empleo y apostó por reinventarse.

Ahora, diez años más tarde, esta emprendedora sigue al pie del cañón y su principal canal de contacto y venta al público son sus perfiles en redes sociales como Intagram y Facebook. Cierto es que también “el boca a boca me ha ayudado mucho a darme a conocer porque Cuenca es una ciudad pequeña”, considera.

Cecilia recalca en este sentido el inefable apoyo que recibe de la gente porque “reconocen el valor de mi proyecto personal, algo que en Madrid ya es algo típico y aquí sigue impactando a la gente”. Un negocio donde “todo son creaciones propias y no hay copias de otros reposteros”, manifiesta. Por este motivo, “los comentarios buenos me llenan el alma”.