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“SKZ es mi alter ego. Se atreve a contar lo que yo me callo"

El joven, que encuadra su estilo musical dentro del género urbano, ha lanzado los videoclip Efecto mariposa y La Marea
“SKZ es mi alter ego. Se atreve a contar lo que yo me callo"
Foto: CultMedia
07/02/2021 - Dolo Cambronero

SKZ es el alter ego musical del conquense Israel Torralba Moya. “Es la parte más egocéntrica y prepotente de mí. La que se atreve a contar lo que Isra se calla”, explica este conquense de 22 años que acaba de estrenar en solitario en su canal de Youtube el videoclip Efecto mariposa, la tercera canción de Disaster, una maqueta compuesta por cinco temas.

Tres de estas canciones ya han visto la luz: Samsara, Sé que va a doler y la recién publicada Efecto mariposa, grabadas todas ellas en Cuenca de la mano de la productora audiovisual conquense CultMedia. Y este domingo se ha lanzado la cuarta, llamada La Marea, y la próxima semana, saldrá la quinta y última de este trabajo.

No le gusta encasillar la música pero considera que su estilo se encuadraría dentro del llamado “género urbano”. “Utilizo bases instrumentales de rap, de trap. Tengo ahora dos canciones que son solo con dos guitarristas de rock y un batería. Se asemeja más al rap pero no es puro”, precisa.

Y ¿por qué SKZ? El joven desvela que el nombre de su formación alude a la esquizofrenia, no ya literalmente entendida como enfermedad sino como “esa vocecilla que todos tenemos dentro y que nos dice lo que tenemos que hacer y que nos empuja a veces a cosas que no debemos”.

En cuanto a las letras de sus canciones, el joven relata que, frente a los temas alegres y optimistas que parecen imponerse en la actualidad, frente al reguetón y otros géneros musicales primos hermanos, su formación se fija justo en lo contrario: “Disaster es triste. Habla del desastre que todos hemos sido, del desastre que he sido yo estos años atrás... Es un punto y aparte”, describe.

“La gente suele dejar a un lado los sentimientos. Creo que la mayoría no se para en su casa a mirar qué está mal o qué es lo que le hace estar mal”, reflexiona. Así, sus letras, dirigidas fundamentalmente a adolescentes y jóvenes, cantan a aquello de lo que cuesta más hablar, como los problemas de drogas, las depresiones, el trabajo, el estrés..., con el deseo de que las personas se sientan identificadas. “Quiero reflejar lo que nos pasa a todos y que nadie cuenta”, subraya el joven.

Sus retos más inmediatos son terminar este año con más de 50.000 visitas en cada uno de los videoclips creados de la mano de la produ CultMedia. Y, si todo va bien y la situación sanitaria mejora, “estar dando ya conciertos en 2022”. Hasta el momento, no ha actuado nunca en directo aunque sí ha organizado batallas de gallos. De hecho, sus comienzos en el mundo de la música se sitúan en esa faceta rapera. “A los trece, catorce años, empecé a improvisar y a escribir letras para mí”, rememora.

"Vivir de la música es difícil pero no imposible. Se puede. Pero no tiene que ser el plan B, como es para la mayoría. Hay que planteárselo como el plan A, como la única opción que tienes"

Aunque relata que la música ya le interesaba desde muy pequeño. “Yo no quería ser futbolista, como todos los niños. Les decía a mis padres que quería ser estrella del pop”, recuerda ahora riendo. Y sobre los 15, 16 años, conoció a un grupo de chicos que tenían una banda y comenzó a descubrir la música de una manera “más seria”, según sus palabras.

En 2017, el joven grabó su primera canción, que formaría parte después de la maqueta Black Moon, publicada en Youtube y compuesta por cinco temas. Pero después se marchó a vivir a Valencia y hubo un parón musical aunque tras su vuelta a Cuenca en abril de 2020, ha retomado en solitario una afición a la que le gustaría dedicarse profesionalmente.

Las bandas de La Pegatina, Estopa, y Fito y Fitipaldis son algunas de sus referencias musicales de juventud aunque puntualiza que ahora está preparando “música más rockera”. “Vivir de esto es difícil pero no imposible. Se puede. Pero la música no tiene que ser el plan B, como es para la mayoría. Hay que planteárselo como el plan A, como la única opción que tienes”, recalca. Por ello, dice que aunque ahora trabaja de camarero, no deja de invertir sus ahorros en su gran pasión con el fin de que se convierta en un futuro en su modo de vida.