“Donar sangre es una labor fundamental y muy reconfortante”
Cuenta con la Gran Cruz de la Donación de Sangre y lleva más de 35 años ligado a esta labor solidaria que define como “muy satisfactoria”. Hablamos de José Carlos Andadre (Pozorrubio de Santiago, Cuenca, 1965) un donante histórico de la Hermandad conquense que, desde los 22 años ha completado 86 extracciones, una cada tres meses, lo que le hace merecedor del mencionado distintivo.
Comenzó en esto porque “mi tío estaba ingresado en el Hospital 12 de octubre y por megafonía pidieron voluntarios para donar sangre. En ese momento no lo dudé y empecé en esto”, recuerda. A partir de ahí vinieron muchas otras y tras donar en Madrid y Barcelona se instaló en Cuenca donde, además, forma parte de la junta rectora de la Hermandad actualmente.
Para este conquense involucrado de lleno en el colectivo, donar sangre es “una labor fundamental” que a nivel personal es “muy reconfortante” y desde sus inicios ha intentado involucrar a toda la gente de su entorno aunque confiesa que “hay algunos con los que no lo he conseguido porque, por ejemplo, tienen miedo a las agujas”.
Ahora, aprovechando el Día Mundial del Donante de Sangre que se celebra el martes 14 de junio, quiere hacer hincapié y concienciar a la población sobre la importancia de esta actividad porque “hace falta para todos los enfermos, personas que sufran accidentes de tráfico o laborales y nunca sabes si te va a hacer falta a ti mismo o a cualquier familiar”, apunta.
Por ello, espera que cada vez sean más los que se decidan a donar porque “no hay que tener miedo” pues en la actualidad las instalaciones y el trato de los facultativos es “impecable y hacen que te sientas cómodo y tranquilo en todo momento”.
Desde hace unos meses, José Carlos ha dejado de donar sangre porque toma una medicación que se lo impide pero aún así sigue vinculado a esta actividad y de forma voluntaria y altruista es el encargado de llevar a las enfermeras hasta los diferentes puntos de la provincia donde llevan a cabo extracciones puntuales, algo que le hace sentir “orgulloso” aunque “la sensación es inexplicable para quien no lo haya vivido”, concluye.
