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“El campo necesita medidas efectivas que no sean parches”

El nuevo responsable provincial de UPA se plantea como reto hacer atractivo el sector para los jóvenes con el fin de asegurar el relevo generacional
“El campo necesita medidas efectivas que no sean parches”
Foto: Saúl García
05/11/2022 - Dolo Cambronero

Sus padres también les dijeron aquello de “estudiad una carrera y no os quedéis en la agricultura”. Pero Salvador San Andrés Gil (1973, Abia de la Obispalía, Cuenca) no hizo mucho caso a su familia y lleva ya más de dos décadas dedicándose a este sector de forma profesional, centrado en el cereal y el girasol de secano. Ahora da un paso más al frente asumiendo las riendas de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) en Cuenca, cogiendo el testigo de Miguel Esponera, que llevaba como secretario provincial desde 2015.    

 

Conoce las necesidades del campo de primera mano. ¿Qué supone este nuevo reto al frente de UPA?

Me da un poco de vértigo pero pienso que quizás puedo contribuir al sector agrícola porque sé lo que necesita ya que estoy todos los días a pie de campo. El reto es que la agricultura tenga el lugar que se merece por la importancia que tiene, que es proporcionar alimentos a la población. Aparte, también tenemos muchos problemas en los pueblos porque nadie se quiere quedar y coger el relevo en la agricultura. Si la hacemos atractiva, si hacemos que los jóvenes no se marchen, se establecerá población en los pueblos. Se quedará también el del bar, el de la tienda... Hay que darle un impulso a todos los cultivos de la provincia. Tenemos el mejor ajo del mundo, el de Las Pedroñeras, y hay que luchar por nuestras viñas. Hemos empezado tarde a exportar pero se hacen unos vinos de escándalo. También tenemos olivares. El reto es que todos nuestros agricultores, independientemente de a lo que se dediquen, puedan funcionar bien y que el sector sea atractivo para que los jóvenes se queden en los pueblos y continúen con la labor familiar.   

 

¿Cuáles son las principales preocupaciones de los agricultores en estos momentos?

En el sector que yo más conozco, el del cereal, vamos a comenzar ahora con la siembra con una incertidumbre total y absoluta porque los costes de los insumos son enormes. Los precios de los abonos, el gasóleo, el tractor.... están por las nubes. Todo ha subido muchísimo. Y no sabemos qué pasara el año que viene cuando llegue el momento de cosechar. Dependemos del tiempo y no sabemos si va a ser buena cosecha. Conforme están los mercados internacionales, tampoco sabemos a qué precio vamos a cobrar la cebada, por lo que vamos a afrontar muchos gastos sin saber si nos va a ser rentable.    

 

¿Cómo va a beneficiar la nueva PAC [Política Agraria Común] a los agricultores de la tierra?

Va a venir más dinero para la región y para la provincia de Cuenca. Aunque de primeras, genera un poco de incertidumbre porque hay cuestiones que aún no están definidas y no sabemos bien cómo tenemos que afrontarla. Pero creo que no habrá problemas. En los comienzos de cualquier reforma de la PAC siempre pasa esto.

 

¿Cómo se puede hacer atractivo el sector para los jóvenes?

Tiene que ser un negocio rentable, con el que veas una estabilidad. Si no, no te quieres quedar. Porque hace falta una inversión muy grande, asumir muchos gastos antes de recoger algo de dinero. Bajo mi punto de vista, se tendrían que mojar más la Junta, el Estado y también la Unión Europea para tomar medidas efectivas que no sean parches. Que veas que esto es a largo plazo. Hay que meterse en las oficinas de los políticos y explicarles que este sector es importantísimo y a ver si lo mejoramos.

 

 

“Los agricultores vamos a empezar la siembra con una incertidumbre total y absoluta porque los costes de los insumos son enormes”

Comparte la titularidad de su explotación agraria con su mujer. Esta modalidad permite sacar a la luz el trabajo femenino en el campo, que siempre ha existido pero de forma invisible.

Si, se les da más visibilidad. Ahora están dadas de alta en la Seguridad Social con todo lo que eso conlleva. Antes estaban trabajando como ahora o incluso más pero estaban a la sombra. No cotizaban, no les quedaba paro… Ahora se les reconoce su labor porque están ahí. En nuestro caso, mi mujer se encarga de la documentación y también de otras tareas en el campo.

¿Cómo empezó en este sector?

Mi familia se dedicaba a esto. Hemos cogido mi hermano y yo el relevo. Desde que me acuerdo, con 10 o 12 años, iba a la era. Esos fueron mis comienzos, ayudando a mis padres en todas las tareas agrícolas. Después hice varios cursos en el Centro de Capacitación de Albaladejito. Y luego hay que estar al día en cuestiones como los fitosanitarios... Aunque como más se aprende es en el campo.

 

¿Qué le aporta la agricultura?

Me encanta estar en el campo, ver cuando la tierra ya está perfecta para sembrar, cómo va creciendo el cultivo. En mi casa, nuestros padres nos decían que estudiásemos una carrera y no nos quedásemos en la agricultura. Pero hemos decidido dedicarnos a esto y yo estoy encantado. Somos cuatro hermanos y seguimos en esto mi hermano Sergio y yo. Él también tiene titularidad compartida con su pareja, Beatriz, que es hermana de mi mujer, Bárbara. Ellas son de Cuenca y no tenían nada que ver con este sector.

 

Los pueblos se están quedando vacíos

Abia de la Obispalía tiene 65 habitantes. Antes, en los ochenta, había 15 agricultores que podían vivir sin problema, unos con más y otros con menos. Y ahora estamos solo mi hermano y yo, y otros dos más. Se necesitan muchas hectáreas para ganar un sueldo digno, que varía según el año porque dependemos de las cosechas.