El San José Obrero logró una valiosa victoria por 1-0 frente al Toledo B en un partido en el que fue claro dominador durante la primera mitad, aunque le tocó sufrir en la segunda. El gol de Kameni en el minuto 12 bastó para que los rojillos sumaran tres puntos muy importantes y recuperaran moral tras la dura derrota de la semana pasada.
El encuentro comenzó con un San José muy serio, mostrando una notable mejoría colectiva. El equipo se mantuvo concentrado, comunicativo y bien posicionado, algo que no se había visto en anteriores jornadas. Los locales cerraron bien los espacios y presionaron arriba durante toda la primera parte, dominando el juego y el balón frente a un Toledo B que se mostró dormido y lento en las transiciones, buscando muchos balones a la espalda. Solo tuvo una clara en toda la primera mitad y Mario la salvó.
Especial mención merece el dorsal 23, un jugador que abre el campo a la perfección, con mucha visión de juego y que conecta con sus compañeros con facilidad.
Fruto de ese dominio llegó la recompensa: en el minuto 12, Kameni remató de cabeza al fondo de la red para adelantar al San José. El filial toledano apenas inquietó a Mario durante toda la primera mitad, aunque los rojillos tampoco generaron muchas más ocasiones claras para ampliar la ventaja. Tuvieron posesión y fluidez, pero faltó algo más de peligro en los metros finales.
Tras el paso por vestuarios, el partido cambió de guion. El Toledo B despertó de su letargo y subió una marcha. Con mayor velocidad en la circulación del balón y mejor posicionamiento, empezó a poner en aprietos al conjunto conquense. Pero el San José supo adaptarse al sufrimiento y resistió bien las embestidas. No solo aguantó la presión, sino que dispuso de varias oportunidades para sentenciar.
La más clara llegó casi al final, cuando un pase en profundidad de Jorge dejó solo a Balles en el área. Este devolvió el balón al propio Jorge, cuyo disparo se estrelló en la escuadra ante el lamento de la afición que ya cantaba el segundo.
En los últimos minutos, con el Toledo volcado en ataque, Mario firmó una parada providencial con la que evitó el empate. Una mano salvadora que vale tres puntos y que permite al San José Obrero encarar los próximos compromisos con más seguridad.