La segunda jornada de la 59ª Semana de Música Religiosa de Cuenca ha estado protagonizada por el trompista alemán Felix Klieser, uno de los más virtuosos del instrumento a nivel mundial.
El músico germano ha llenado la sala Theo Alcántara y elevado el alma de los 200 asistentes en un fabuloso viaje espiritual y trascendental a través de su música.
Klieser y su inseparable pianista Christof Keymer han realizado un evocador recorrido por el período romántico a través de seis obras para trompa y piano de Schumann, Dukas, Strauss, Beethoven, Glière y Rheinberger.
Considerado uno de los mejores trompistas del mundo, Felix Klieser (Gotinga, 1991) es un poderoso ejemplo de superación, de fuerza mental y de cómo utilizar el potencial que todos llevamos dentro.
Desde muy pequeño, ha desarrollado su propia técnica de manera autodidacta -nació sin brazos-, habiendo tocado con algunas de las orquestas más importantes de Europa y grabado importantes discos como el realizado con Camerata Salzburg.
Impresiona verle tocar la trompa con los dedos de su pie izquierdo como un contorsionista, aunque él asegura que "para mí es algo cotidiano".
"Creo que el mensaje que hay que transmitir es que cada uno debe hacer en la vida aquello que le fascina. No todo el mundo tiene que seguir el mismo camino, sino buscar aquello que le entusiasme, aunque sea una vida completamente disitnta a la habitual", ha señalado Klieser sobre su filosofía vital tras debutar en la Semana de Música Religiosa de Cuenca.
"Estoy muy feliz por haber sido parte del festival este año con mi compañero Christof. Estaba especialmente ansioso por conocer al público de Cuenca y hemos vivido un gran concierto juntos", ha concluido una de las estrellas internacionales de la SMR Cuenca 2022.
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