El agua de Cuenca, al nivel de las mejores marcas

El agua potable que llega a los hogares conquenses, tanto desde el manantial de Royo Frío como desde el de la Cueva del Fraile, tiene una calidad similar a la de las mejores marcas de agua embotellada comerciales que hay en España, con una composición mineral semejante a ellas, según los datos que maneja la empresa pública Aguas de Cuenca, responsable de suministrar a la ciudadanía de la capital un agua cuya calidad supere los requisitos más estrictos que marcan las autoridades tanto españolas como autonómicas, de la Unión Europea y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y que para tal fin lleva a cabo todos los controles de calidad establecidos, más de 700 en los primeros seis meses del presente año 2014.
En concreto, según apuntan los técnicos del Área de Calidad del Agua y Tratamiento de la empresa municipal, el agua de Cuenca tiene una concentración de calcio, socio, magnesio y bicarbonato similar a la de las mejores aguas que se venden en España.
A destacar, por ejemplo, la presencia de 81,6 miligramos de calcio por litro en el agua procedente de Royo Frío y de 79,6 en la de Cueva del Fraile, cantidades importantes de una sustancia que ayuda a fortalecer huesos y dientes, además de dar tono muscular y controlar la irritabilidad nerviosa.
El magnesio, por su parte, con 47,6 miligramos por litro en el caso de Royo Frío, contribuye a la relajación muscular, ejerciendo como un calmante natural, además de participar en el equilibrio energético de las neuronas, manteniendo sano el sistema nervioso. Ayuda, incluso, a prevenir enfermedades cardiovasculares y a controlar la flora intestinal.
La abundante presencia de calcio y magnesio, consecuencia de que el agua entra en contacto con los distintos tipos de terreno por los que discurre el acuífero de donde procede, hace que el agua de Cuenca pueda calificarse de “moderadamente dura”, según apuntan en la empresa municipal, lo cual, junto al aporte nutricional, tiene otras ventajas como un aclarado más fácil de los platos y una protección contra la corrosión de las canalizaciones que la transportan hasta cada domicilio.
Entre los inconvenientes está el hecho de que puedan aparecer restos de cal en tuberías y electrodomésticos.
Pero igualmente destacable es la presencia de sulfatos, los cuales ayudan al aparato digestivo y a la piel, con 63 miligramos por litro en el agua procedente de Royo Frío.
En cuanto a los bicarbonatos, que favorecen la digestión y neutralizan la secreción gástrica, son 291 miligramos por litro en Royo Frío y 212 en Cueva del Fraile.
Resulta en cambio baja la presencia de sodio en el agua que llega a los hogares conquenses, con 3,3 miligramos por litro en Royo Frío y 1,4 en Cueva del Fraile, lo cual es una muy buena noticia para las personas hipertensas, para quienes es siempre recomendable un agua baja en sodio.
Finalmente, con 10,1 y 11,1 miligramos, respectivamente, es equiparable a la mayoría de aguas comerciales la presencia de cloruro, que ayuda entre otras cosas a estabilizar los fluidos corporales.
Los técnicos de Aguas de Cuenca consideran que, para los ciudadanos de la capital, es una suerte que el agua proceda directamente de dos manantiales, “una suerte que tienen pocas ciudades, pues la mayoría tienen que hacer uso de aguas superficiales, ríos o embalses”. Consideran, de hecho, que si se embotellara el agua de Royo Frío o de Cueva del Fraile, podría venderse en el mercado con todas las garantías de calidad para el consumidor.
DISPOSITIVOS ADICIONALES
Dado que el agua de grifo es potable y cumple todos los estándares de calidad establecidos por las leyes, desde la empresa pública se señala que no es preciso comprar ningún dispositivo adicional para tratarla. Incluso, advierten de que, si estos dispositivos no se eligen con cuidado y no son controlados regularmente, favoreciendo su buen mantenimiento, pueden comportar riesgos para la salud como contaminación por bacterias o una desmineralización excesiva del agua.
ANÁLISIS DIARIOS COMO GARANTÍA
La empresa municipal Aguas de Cuenca lleva a cabo análisis diarios para garantizar la ausencia de microorganismos y productos químicos no deseables en el agua que llega a los hogares conquenses, además de para controlar otras características como el olor, el color o el sabor.
Así, se analiza la presencia de más de sesenta parámetros de tipo microbiológico, químico, indicadores generales de las características del agua como la conductividad y el pH. Solo en los seis primeros meses de este año se realizaron más de 750 análisis y los resultados se encuentran dentro de los parámetros establecidos por la normativa vigente, aseguran en la empresa municipal.
La Organización Mundial de la Salud es quien determina los componentes que pueden estar presentes en el agua, entre los que hay beneficiosos y que solo serían dañinos en grandes cantidades. Se considera agua potable la que una persona puede beber a lo largo de toda su vida sin riesgo para su salud, tomando como referencia la cantidad de dos litros de agua al día durante setenta años.
El Ayuntamiento ejerce la vigilancia sanitaria de las aguas de consumo público desde los años noventa, cuando se puso en marcha el laboratoio municipal, por lo que se trata de un control, ahora ejercido por la empresa municipal Aguas de Cuenca, plenamente consolidado con el que se trata de evitar los riesgos para la salud de los ciudadanos.