Una ruta alternativa a San Julián el Tranquilo invita a descubrir la belleza natural de Cuenca

Hay caminos poco conocidos que ofrecen una nueva forma de acercarse a lo de siempre. Es el caso de la ruta alternativa a la ermita de San Julián el Tranquilo, una senda natural que parte desde la Universidad de Castilla-La Mancha, en la ladera oeste de Cuenca, y que permite llegar al santuario del patrón de la ciudad atravesando pinares, cortados rocosos y miradores con vistas únicas.

Las cámaras de Grabandovoy, junto con el biólogo y experto en naturaleza Juan Antonio Arce, nos muestran con todo lujo de detalles este recorrido, una opción diferente al acceso tradicional desde la carretera, ideal para quienes buscan conectar con el entorno y descubrir el valor ambiental de los paisajes que rodean la ciudad.

El sendero, no señalizado pero perfectamente transitable, asciende por la ladera oeste de la ciudad, adentrándose en un entorno dominado por pinares, tomillos en flor, aulagas espinosas y sabinas, especies representativas del ecosistema mediterráneo conquense.

Las primeras vistas abiertas permiten contemplar la parte moderna de la ciudad, que pronto queda atrás para dar paso al monte.

El recorrido atraviesa varias bifurcaciones y tramos de pendiente pronunciada, hasta alcanzar pequeños promontorios naturales desde donde se divisa la hoz del río Júcar en todo su esplendor, “una estahmpa que bien merece la parada”, comenta Arce. La llegada a la ermita de San Julián el Tranquilo se produce tras un último tramo de bajada.

Una vez en la ermita, el recorrido puede continuar por un camino principal que conecta directamente con la carretera. Son unos 2 kilómetros de trayecto que discurren junto al roquedo, con varios miradores naturales.

Este sendero ha sido recientemente acondicionado y cuenta con iluminación nocturna, lo que ofrece mayor seguridad a los transeúntes. Además, su escasa pendiente lo convierte en una opción muy accesible y agradable para completar la ruta.