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Los docentes piden menos carga lectiva y ratios más bajas en su ‘vuelta al cole’

Reconocen que ha habido algunas mejoras en los tres últimos años, pero coinciden en que la recuperación es lenta. Este curso se incorporan a las aulas 2.878 docentes en Cuenca, 72 más que el pasado
Los docentes piden menos carga lectiva y ratios más bajas en su ‘vuelta al cole’
Fotos: Saúl García
10/09/2018 - Nuria Lozano

Cuando se habla de la ‘vuelta al cole’ se piensa casi siempre en el regreso de los alumnos y alumnas y en cómo la tienen que afrontar las familias desde el punto de vista económico, pero uno de los pilares fundamentales del sistema educativo, los docentes, también tienen que preparar a conciencia cada inicio de curso. Es más, su incorporación días antes que los chicos es clave para un buen desarrollo los meses posteriores.

Este curso 2018-2019 se incorporan a las aulas en Cuenca 2.878 maestros y profesores, 72 más que en el anterior, y casi 35.000 alumnos, unos 1.200 menos que en 2017-2018. En el conjunto de la región, hay 130 docentes más que el curso pasado, según los datos aportados por la Consejería de Educación. Los más pequeños llegarán al colegio este lunes 10, mientras que Secundaria y Bachillerato regresará el jueves 13. La apuesta por la formación del profesorado y la innovación educativa será lo más destacado. En nuestra provincia, se refuerzan las rutas de transporte. Habrá en funcionamiento 118 con 2.850 usuarios y 61 acompañantes contratados.

La mayoría de profesionales y sindicatos de la enseñanza coinciden en que se va remontando poco a poco la situación que se vivió en la que será recordada para siempre como la “época de los recortes”, que coincidió con el Gobierno de María Dolores de Cospedal. Sin embargo, lamentan, no se han conseguido bajar las ratios a los niveles de antes de 2010, y sigue habiendo una excesiva carga lectiva.

Teresa Arana, maestra de Infantil y Primaria del Colegio Público ‘Isaac Albéniz’ de la capital, recuerda que hubo años con hasta 29 niños en Infantil. El actual Gobierno de Emiliano García-Page ha conseguido bajar la ratio en este nivel hasta los 25 alumnos “pero lo ideal sería unos 20”, señala Arana.

En su opinión, ha habido pasos muy positivos como la dotación de material informático, tabletas o las pizarras digitales, así como el bilingüismo. “Pero es necesaria una mayor inversión en los centros”.

En el primer claustro de su centro ya se han asignado los grupos, se han nombrado a los coordinadores y responsables de diferentes actividades como el comedor o la biblioteca y se han fijado todas las normas que tienen que ver con las entradas o salidas o los recreos. También cada maestro aprovecha para poner a punto el aula y revisar los materiales. “Esta labor previa es fundamental, es el germen para que todo funcione bien después”, explica esta veterana maestra.

LA MISMA ILUSIÓN

Para Teresa Arana, la seño Tere, ésta será la vigésimo novena ‘vuelta al cole’. “Afronto los cursos con mucha ilusión, siempre tengo ganas de volver”, asegura. “Cuando te toca grupo nuevo te apetece conocer a todos y cuando ya los conoces quieres volverlos a ver, que te cuenten sus cosas... en solo dos meses siempre los veo súper cambiados”, dice.

En su caso, cada temporada se plantea nuevos retos, aunque la clave para que un curso exitoso no es otra que “ellos se sientan a gusto y se diviertan, que noten un clima de seguridad, que ir a clase no sea un martirio”, comenta. A los padres que llevan a sus hijos por primera vez les aconseja que se tomen todo con naturalidad y lo vivan con tranquilidad. “El personal que estamos aquí somos responsables, conocemos lo que hacemos y los vamos a cuidar muy bien”. En este sentido, destaca la importancia de la relación familia-escuela.

Respecto al periodo de adaptación para los alumnos de 3 años, muy criticado por algunos padres por considerarlo un trastorno horario, señala que “para mí se queda corto y debería ser superior a los diez o quince días. Cuando hay ratios tan altas y acaban de llegar y no han adquirido los hábitos, cuesta mucho para un solo maestro. Imagínate a 9 o 10 llorando a la vez. Es un periodo muy complicado y por eso es muy necesaria la adaptación, aunque entiendo que sea complicado para los padres y madres que trabajan”, precisa.

Los docentes piden menos carga lectiva y ratios más bajas en su ‘vuelta al cole’

En Secundaria, sin embargo, se enfrentan a otro tipo de problemas como la falta de disciplina del alumnado o la falta de respeto de algunas familias hacia el profesor. Por suerte, suele ser una minoría pero que puede hacer cuesta arriba la labor del docente.

Miguel Mula es profesor de Lengua y Literatura en el Instituto de Educación Secundaria ‘Alfonso VIII’. Este comienzo de curso ha sido atípico, ya que su centro no ha realizado los exámenes de septiembre, al ser uno de los elegidos para realizar estas pruebas extraordinarias el pasado mes de junio a modo de pilotaje. De esta forma, cada departamento ha entrado de lleno a preparar la programación didáctica, consensuando los criterios de evaluación y la temporalización de los temas y unidades. “Cuando una programación está bien hecha todo funciona mucho mejor”, señala.

Mula lleva 26 años ejerciendo. “Para mí todos los cursos son distintos. Algo curioso que nos ocurre a muchos docentes es que el último día de agosto no dormimos bien, hay cierta tensión”, cuenta.

Estos días viven a la expectativa por conocer qué niveles les va a tocar impartir. Los cursos más bajos, 1º y 2º de la ESO, son los más conflictivos. “Suele haber algunos que no dejan dar clase y arrastran a otros chicos que les siguen el juego. Estos grupos minoritarios pueden ser muy duros”.

Su ‘librillo’ para sortear estas complicaciones es tratar de conocer a sus alumnos desde el principio, ver cómo son, y en función de eso utilizar una estrategia u otra en la clase. “Lo fundamental es ser disciplinado, riguroso y muy objetivo con ellos. Tienes que ir con todas las cartas al descubierto. Y, sobre todo, intentar pasártelo bien y crear un buen ambiente. Cuando no consigues conectar por lo que sea, te amargas el curso”.

Miguel Mula utiliza en el aula pocos materiales, aunque reconoce que algunos son muy útiles como el proyector. “Yo lo que más sigo utilizando es la pizarra y la palabra, la mía y la de ellos, porque hay que hacerles participar”. Considera que el aumento de horas lectivas y el recorte de personal en la pasada legislatura hizo mucho daño. “A pesar de esto muchos nos esforzamos por seguir trabajando igual y eso ha supuesto un agotamiento muy importante”. Por ello, destaca, “una gran mayoría estamos de acuerdo en que nos devuelvan las horas en lugar de subirnos el sueldo”.

Con la idea de que la profesión no está muy valorada, se queda con la imagen de cuando se ayuda a un joven que lo tiene difícil a aprobar o cuando se le acercan al final de curso a agradecerle todo lo que les ha enseñado.