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Alta Costura

Revolución y evolución de la Alta Costura

El diseñador conquense Francisco Sáez desvela el impacto de la pandemia global en la industria de la moda. Frenazo de la producción y descenso de ventas presentan un nuevo paradigma
Revolución y evolución de la Alta Costura
Foto: Francisco Sáez Yunta
18/05/2020 - Paula Montero

El pasado 3 de marzo se apagaban las luces de la semana de la moda de Paris. Días antes, exactamente el 28 de febrero, concluían los desfiles en la capital de la moda italiana, Milán.

En esas fechas, los medios de comunicación a nivel mundial se hacían eco de la llegada del coronavirus a Europa; y el goteo constante de casos positivos cerró con un sabor agridulce los días más especiales para el sector de la Alta Costura.

Más de 60 días de confinamiento en el caso de España han puesto patas arribas la industrial del diseño y la confección, reduciendo la facturación habitual que alcanza los miles de millones de euros en todo el mundo.

La fiesta de la moda ya no será lo mismo. Según apunta Francisco Sáez, diseñador de Tarancón, “el sector de la moda está como España, parado”. El joven creador conquense convive con la incertidumbre laboral provocada por la pandemia. “Todos los encargos se han cancelado y en mi caso estamos parados por completo”, comenta.

Celebración de eventos

Francisco Saiz ha mostrado sus diseños en pasarelas de renombre con las de París, aunque también ha vestido a actrices para alfombras rojas. Versátil en su trabajo diseña y cose trajes para eventos y son ya muchas madrinas o invitadas las que confían en la magia de sus manos.

Por ahora, comuniones, bautizos y bodas están canceladas. Incluso la suya. “El problema de celebrar una boda ahora es que alguien se contagia durante el día más importante de tu vida, nublaría la felicidad de los novios”, señala.

El taraconero reconoce la magnitud e impacto económico que el coronavirus dejará en la economía doméstica. Por eso cree que sus próximas clientas no estarán dispuestas a pagar precios altos por un vestido. “Es más importante tener dinero para comer y después ya vendrán los caprichos y los vestidos”.

Futuro de la marca Francisco Sáez

Preocupado por su negocio y todas las familias que hay detrás espera poder reinventar su forma de trabajar para poder terminar de cumplir su sueño: vivir y dedicarse a la moda. En su parrilla de propuestas para salir adelante aparecen varias novedosas de trabajo.

Economizar los precios, pero sin perder calidad, vistosidad y elementos que identifican sus diseños es su meta. Siempre contar con tejidos naturales como algodón, linos o tintes naturales porque “ayudaríamos al planeta a seguir respirando, trabajaremos hacia prendas eco-sostenibles”, detalla.

Zambullirse en el mundo Prêt- à- porter para ofrecer moda de calle, vestir con estilo a diario, siempre con precios asequibles en estas líneas más sencillas. También tiene en mente dar forma a una página web porque “el comercio online está creciendo y la gente no quiere ir a tiendas físicas por miedo. Para nosotros que trabajamos con clientas de diferentes puntos del mundo es una opción para que puedan contactar con nosotros”, explica.

Sáez tenía previsto trasladarse entre el mes de marzo y mayo al céntrico barrio de Manhattan en Nueva York. Un nuevo proyecto de vida que también ha tenido que suspender hasta que se alcance la “nueva normalidad”. “En Estados Unidos están peor que en España, hay muchos fallecidos diarios y estamos barajando otras posibilidades”. Asentarse en Nueva York es su prioridad, aunque tampoco descarta marcharse a Paris.

¿Hacia dónde viaja la Alta Costura?

“La moda cambiará por completo”, asegura. A lo largo de la historia el sector ha superado diferentes crisis y esta vez no será diferente. “Habrá una readaptación, tendremos que abrirnos a todo tipo de público”, apunta. Y es que la moda está presente en todas las prendas, desde las más sencillas y cotidianas hasta las más especiales; en vestidos de colas kilométricas o en unos jeans básicos.

“A veces parece que tenemos un problema de ‘desfilitis’ y una firma es mucho más que un desfile, es hacer sentir bien, guapa, favorecida y especial a cada persona que viste una prenda”, argumenta.

La forma de presentar las colecciones cambiará. Reunir a modelos, equipo de peluquería y maquillaje, técnicos de luz y sonido y público todavía parece impensable. Pero, es posible que la próxima temporada otoño-invierno vea la luz en maniquís, ofreciendo una visión alternativa al espectáculo tradicional de pasarela.

¿Desfiles online? ¿Desaparecerá la moda tal y como la conocemos? Aún es pronto para adelantar que deparará la Covid-19 a esta industria.

La historia de la humanidad no se puede entender, en parte, sin moda y, aunque el futuro es más incierto que nunca, los diseñadores dibujarán prendas para emocionar en tiempos de pandemia.