Devoción por la Virgen de Tejeda
La villa medieval de Moya se ha convertido este domingo en el epicentro de la devoción popular con la celebración de la Procesión General del Septenario de la Virgen de Tejeda, acto central de esta cita que solo se celebra cada siete años y que está declarada Fiesta de Interés Turístico Regional.
Miles de personas de toda la comarca y también de regiones limítrofes como Valencia se han congregado en el recinto amurallado para acompañar a la “perla del Marquesado” en un recorrido solemne y multitudinario que llenó de emoción las calles de la villa.
La procesión, en la que participaron autoridades civiles, religiosas y culturales, contó con la presencia del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que no quiso perder la oportunidad de sumarse a esta celebración emblemática para toda la provincia de Cuenca acompañando al alcalde de Moya, Fernando Sánchez.
Junto a él estuvieron también el vicepresidente primero, José Luis Martínez Guijarro; la delegada de la Junta en Cuenca, Marian López; el presidente de la Diputación provincial, Álvaro Martínez Chana; la subdelegada del Gobierno, Mª Luz Fernández; el diputado nacional Luis Carlos Sahuquillo, o el presidente del PP de Cuenca, Benjamín Prieto.
El cortejo procesional estuvo encabezado por los danzantes, que con sus paloteos marcan el ritmo de una tradición ancestral, y por las damas serranas, que en esta edición han alcanzado un récord histórico de participación con 47 jóvenes acompañando a la imagen.
La procesión culminó en la Plaza Mayor, donde los danzantes interpretaron los paloteos que solo se repiten cada siete años, uno de los momentos más esperados por los asistentes.
El Septenario, cuyos orígenes se remontan a 1639 tras una rogativa para pedir lluvia, convierte a Moya en un punto de encuentro de peregrinos llegados de toda la comarca e incluso de provincias vecinas como Teruel o Valencia, unidos por la devoción a la Virgen de Tejeda. Durante diez días, hasta el 26 de septiembre, la villa medieval acoge una intensa programación de actos religiosos, culturales y festivos que devuelven la vida a este enclave histórico.
Con la Procesión General, Moya vivió el momento más simbólico de un Septenario que combina tradición, fe y cultura, y que este año ha vuelto a poner de manifiesto la fuerza de una devoción que se mantiene intacta a lo largo de los siglos.