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Naturaleza

El Hosquillo muestra este verano su mejor cara

El parque cinegético ofrece nuevos espacios para disfrutar de hurones, jabalíes o lobos en un paraje donde se pueden ver más de 125 especies de mariposas
Fotos: El Hosquillo y Rubén Marco
25/08/2025 - Rubén M. Checa

Las abundantes lluvias de marzo y abril dejaron huella en el parque cinegético de El Hosquillo, donde gracias a la elevada pluviometría, este paraje único luce ahora su cara más silvestre con praderas verdes, mariposas por decenas y animales que disfrutan de un entorno idílico. 

Por lo tanto, la de este verano está siendo una temporada “esplendorosa”, tal y como la califica el director del parque, Fernando García, quien recalca que esas lluvias han hecho que el corazón de la Serranía conquense se muestre a los visitantes “tal y como debe ser: muy verde, con floraciones preciosas y una presencia espectacular de fauna”, destaca. 

Y es que, ahora se pueden contemplar en el parque más de 125 especies de mariposas que revolotean por todos los rincones, la mitad de las especies existentes en la península ibérica. Además, ya se ha producido la paridera de todos los animales como gamos, ciervos o muflones, incrementándose ligeramente su población este año. 

Si bien la afluencia de visitantes este verano está siendo algo discreta por los calores que ha hecho este mes y medio atrás, el parque muestra su mejor cara, “está estupendo”, y ofrece una experiencia única este verano, también por las novedades que se han introducido. 

De este modo, hay tres nuevos recintos: uno para jabalíes (donde viven un macho, una hembra y once jabatos), otro para cabras montesas y otro para hurones, siendo este último el que más está llamando la atención de los visitantes. Estos últimos animales, al ser domésticos, permiten la interacción con los humanos, por lo que es habitual que los visitantes puedan acariciar a Rasca y Pica, los dos hurones del parque. “Es muy divertido, a los más pequeños les encanta acariciarlos, y los monitores pueden cogerlos y explicar sus características de cerca”, subraya el director del parque. 

Además, el recinto de los lobos ha recuperado el esplendor que tenía antaño. En 2019, la población que vivía allí se vio reducida por culpa de la leishmaniosis, y con las nevadas de 2020, el recinto quedó arrasado. Pero desde el parque se pusieron a trabajar en la rehabilitación del espacio y la reintroducción de la especie. Fruto del esfuerzo, el año pasado llegaron a El Hosquillo las lobas Tormenta y Serena, integrándose este año un macho, Thor. 

La mala noticia, entre comillas, es que Tormenta fue trasladada a un zoológico en Luxemburgo como parte de un programa europeo de conservación, y allí ha tenido tres lobeznos. “Tienen la genética del Hosquillo, nos sentimos parte ellos”, afirma con orgullo Fernando García. 

Respecto a Thor, éste llegó en marzo, y su integración “ha sido perfecta”. Venía del Safari de Madrid, y ahora ha pasado a vivir en un recinto de más de mil hectáreas en mitad del monte, convirtiéndose en un lobo “precioso, fuerte y dinámico”. 

El recinto de los osos, de once hectáreas, cuenta con doce individuos, y no se han producido nacimientos en los últimos años. “La dinámica es muy buena, familiar, pero para evitar problemas de territorialidad, de los seis machos, 4 han sido castrados y dos basectomizados, por lo que en el corto plazo no esperamos nuevos oseznos en El Hosquillo”, detalla. Además, “no es recomendable porque habría problemas de consangueneidad que no es conveniente”.

 

 

Cada año visitan el parque una media de 16.000 personas, centrados principalmente en los meses de primavera y otoño

 

Aunque durante este último año se hayan introducido importantes novedades, lo mejor aún está por llegar, toda vez que el parque está inmerso en nuevas obras e inversiones. “No quiero desvelar mucho aún, pero el año que viene presentaremos nuevas instalaciones muy chulas en una apuesta fuerte de la Junta de Comunidades para poner El Hosquillo al día”, subraya. 

Lo que sí adelanta es que las mejoras están centradas en aumentar la calidad de la experiencia del visitante con la fauna, y no tanto en crear espacios artificiales o temáticos.

En cuanto a las visitas, el parque se mueve en torno a 16.000 visitantes al año, entre los meses de marzo y octubre, la temporada en la que está abierto al público. La cifra aún no ha recuperado los niveles previos a la pandemia, cuando pasaban por El Hosquillo alrededor de 18.000 personas anuales. 

Entre las causas de no haber llegado aún a esas cifras, Fernando García cree que se debe al cada vez mayor calor que hace en los meses de verano, pero aún así, en la Serranía de Cuenca se puede vivir cierto microclima con mañanas más frescas que en otros rincones de la provincia dada la altitud del parque. 

Aun así, las visitas guiadas siguen siendo “muy chulas” y bien valoradas. “Quien viene, se lo pasa genial y, si tienes un poco de suerte, puedes ver ciervos nada más aparcar, o una hembra de jabalí paseando con sus once jabatos… Es espectacular”, añade.

El parque cuenta actualmente con unos 200 animales entre ciervos, gamos, corzos, jabalíes, cabras montesas, osos y otras especies, distribuidos en amplios recintos que imitan su hábitat natural. Es difícil calcular con exactitud el número de especies del parque dado su hábitat de semi libertad, siendo este uno de sus encantos. “A veces cuesta ver a los animales, pero porque están en espacios amplios, con refugios, como debe ser”, afirma el director. “Y cuando los ves, la experiencia es única, muy natural”, concluye.