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El día a día de las enfermeras escolares

Lucía Parra es una de las cuatro sanitarias que trabajan en centros que no son de Educación Especial, y a su cuidado está Arancha, una menor que no podría asistir a clase sin ella
Fotos: JCCM
04/11/2022 - Paula Montero

La sociedad se imagina el día a día de los colegios e institutos como un engranaje perfecto en el que maestros o profesores y alumnado trabajan durante el horario lectivo. Sin embargo, hay casos en los que se añade un eslabón más a la cadena y entra en juego la figura de la enfermera o enfermero escolar, que se encarga del cuidado sanitario de uno o varios niños dentro del centro. Una figura imprescindible para que todos los menores, sin distinciones, tengan acceso a la educación, tal y como recoge la Constitución Española en su artículo 27.   

En el caso de Cuenca, cuatro centros de enseñanza, que no son de educación especial, cuentan con esta figura. Lucía Parra es una de ellas. La enfermera del IESO ‘Adolfo Suárez’ de Las Mesas se encarga de atender de manera individualizada a Arancha, una alumna de 1º de la ESO tetrapléjica que tiene una traqueotomía conectada a respirador y un botón gástrico. Una historia sinónimo de valentía y superación diaria que Las Noticias de Cuenca ha querido conocer de primera mano para dar voz a una realidad todavía desconocida.

Arancha es alumna del instituto meseño desde el pasado mes de septiembre y, para que esta menor pueda acudir a clase del mismo modo que sus compañeros, necesita de la ayuda de una Auxiliar Técnico Educativo (ATE), una enferma escolar y una fisioterapeuta. Y es que, la chica puede sufrir complicaciones respiratorias en cualquier momento, necesita ser sondada después del recreo y en caso de sentir sensación de ahogo debe estar asistida por un profesional de la salud. “La gente se imaginará que tenemos una consulta dentro del instituto pero no es así, contamos con un aula adaptada que tiene una camilla y el material sanitario nos lo proporciona la madre”, señala Lucía Parra.

Ahora bien, tener capacidades físicas diferentes al resto, no le impide para nada seguir el ritmo de la clase y aprender al mismo nivel que el resto de sus compañeros. Eso sí, al no poder mover su cuerpo es Gema Cepeda, la Auxiliar Técnico Educativo, quien toma sus apuntes y escribe la respuesta de sus ejercicios o exámenes, aunque es Arancha quien dice qué y cómo debe contestar gracias a que ha aprendido a hablar con su traqueotomía o bien pueden leerle los labios. “Para mí trabajar con Arancha supone una satisfacción elevada a la máxima potencia, soy su voz y sus manos en el aula pero la que manda siempre es ella”, apunta.

 

Para seguir las explicaciones, Arancha cuenta con un ordenador que contiene los libros de texto en formato digital y mediante su parpadeo puede pasar las páginas. “Esto permite que dentro de sus limitaciones sea autónoma”, apostilla la ATE. Además, la joven participa en trabajos en grupo y gracias a la labor de la fisioterapeuta en, por ejemplo, las horas de Educación Física, se adaptan los ejercicios a sus posibilidades para fomentar la inclusión y la igualdad con el resto de estudiantes.

Si bien, no todo es tan fácil. Para su madre, Mía Girlea, los primeros días de cada curso siempre son duros aunque, después de dos meses y medio de clase, está “tranquila porque sé que siempre hay alguien pendiente de ella por si necesita algo”. Así, Mía puede hacer las tareas de la casa y descansar durante las horas que Arancha pasa en el colegio ya que está 24 horas pendiente de ella.

“Estoy muy contenta porque la enfermera, la auxiliar y mi hija han hecho piña y ella tiene ganas de ir a clase todos los días”, algo que se ha notado en las buenas notas que la niña está consiguiendo en este curso.

Y es que, está claro que con un poco de esfuerzo y cariño los retos pueden superarse y sino, que se lo pregunten a Arancha.

Eso sí, en la provincia de Cuenca tan solo cuatro enfermeras trabajan dentro del ámbito educativo y Lucía Parra espera que esta figura se desarrolle cada vez más en Castilla-La Mancha para facilitar la escolarización de todos y cada uno de los niños y niñas, tengan o no capacidades diferentes.

 

El IESO ‘Adolfo Suárez’, comprometido con educar en igualdad

El IESO ‘Adolfo Suárez’ de Las Mesas es uno de los cuatro centros educativos de la provincia de Cuenca que tiene una enfermera escolar a disposición de una de sus alumnas. Se trata de Arancha, que cursa 1º de la ESO y llegó al centro a comienzos de este curso 2022/23. Siempre está acompañada de la enfermera, Lucía Parra y de la Auxiliar Técnico Educativo, Gema Cepeda.

Su incorporación como alumna del instituto ha conllevado cambios arquitectónicos en el edificio para adaptar las estancias a su silla de ruedas y facilitar así su movilidad con, por ejemplo, rampas. Sin embargo, esas no son las transformaciones más notorias que se han vivido en el centro pues, gracias a Arancha, tanto el claustro de profesores como el resto de estudiantes viven cada día en primera pesona lo que significa educar en igualdad. Y es que, tal y como señala el artículo 27 de la Constitución Española: Todos tienen el derecho a la educación.

Y por ello, Arancha acude cada día al IESO a pesar de ser tetraplégica. Ella se forma cada día junto a sus compañeros pero ellos son los que más han aprendido en estos dos meses y medio de curso porque su valentía y lucha diarias son todo un ejemplo a seguir.

Así pues, el director del centro, Julio Martínez, pone el foco en cómo el centro ha sabido adaptarse para acoger a Arancha y lo que ha supuesto: “esto nos da una lección de igualdad y, tanto el profesorado como el alumnado, hemos aprendido a normalizar la situación”. Los chicos y chicas desde primero de la ESO hasta cuarto se han volcado con Arancha y mantienen una relación “estupenda”, en palabras del director.

En este sentido, desde el IESO no quieren dejar pasar la oportunidad de agradecer a la Consejería de Educación “el esfuerzo que han hecho para dotarnos de los materiales y el personal necesarios”, concluye.