Todo un ejemplo
Más allá de la propia calidad que alcance, que no hay que dudar que alcanzará, el estreno del anunciado montaje de “Un Retablo. Un sueño”, ese espectáculo multidisciplinar – acción teatral, realización audiovisual, música y danza codo a codo en escena a cargo de casi setenta participantes– nacido de la mancomunada labor del Coro de Cámara Alonso Lobo, la Escuela de Arte Cruz Novillo, el Conservatorio de Música Pedro Aranaz, el Centro de Danza y Pilates “Alegría y Javier” y la aún casi ni siquiera neonata Escuela Municipal de Música y Arte Dramático que iniciará sus enseñanzas el venidero curso, en colectiva y cómplice acción que ha contado asimismo con la colaboración del Ayuntamiento de la ciudad, la Diputación Provincial, la Junta de Comunidades y la Fundación Globalcaja Cuenca, su estreno en doble sesión el próximo martes 21 en el Teatro Auditorio de nuestra capital provincial salta más allá de su propia realidad como acontecimiento escénico –y de también, el inmenso y más que subrayable valor de tratarse de una empresa gestada y realizada de cabo a rabo en Cuenca y por conquenses– para trocarse en significativo paradigma de cuanto puede conseguirse cuando se aúnan, cual ha sido el caso, voluntades y esfuerzos tanto personales como de colectivos, entidades e instituciones, que de todo ha habido en este caso –rara pero desde luego más que deseable y deseada avis– en una actitud propiciadora de acciones y realizaciones concretas nacidas de la coyunda de bien dispuestas voluntades con efectivas reales aportaciones, tornando a poner de relieve lo efectivo de su acción con el ejemplo concreto de los hechos.
Una actitud hoy felizmente concretada en una acción concreta pero bien demostrativa de que si hoy ha sido posible su plasmación en el campo concreto de nuestra agenda cultural, bien pudiera, y debiera, trasladarse a otros ámbitos de nuestro panorama socio-político-económico. Ya saben, es la verdad de la bondad de eso tan archirrepetido de “la unión hace la fuerza, que no es sólo dicho popular sino hasta reconocido lema en países tan distintos como por ejemplo, entre otros, Bélgica o Malasia, e incluso reza incorporado al propio escudo nacional de otros como Bulgaria y Haití, por más que no parezca en alguno concretarse demasiado en su día a día y que tampoco suele ser, por desgracia, acontecer demasiado frecuente –benditas sean las excepciones como la que estamos comentando– por estos nuestros nacionales, regionales, provinciales o locales lares. A ver si, crucen los dedos, cunde el ejemplo.
Y por supuesto, aparte de todo lo dicho, la enhorabuena y el aplauso a cuantos han hecho posible la realización de tan fecundo Retablo –“mucha mierda” que se suele decir entre la comiquería a la hora de los estrenos–, un título que a uno hasta, miren ustedes, le parece bien significativo en relación a cuanto me he atrevido hoy a comentar.
